En Jalisco la gente no manda

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La protesta que se presentó en Casa Jalisco la semana pasada terminó con actos de vandalismo provocado por personas encapuchadas, poniendo en evidencia que el gobernador Enrique Alfaro no cuenta con los protocolos, ni con el personal de apoyo que atienda a las personas que acuden a su residencia para ser escuchadas y atendidas. El partido Movimiento Ciudadano y el gobernador han sido insistentes en que este gobierno es diferente porque se gobernará escuchando a la gente. Esta premisa ha estado desde la  campaña política y es ahora eslogan de gobierno: “en Jalisco la gente manda”.

La protesta de familiares de personas desaparecidas mostró que la frase es sólo eso: una frase vacía, hueca y carente de significado. Las más de cien personas que se manifestaron en Casa Jalisco reclamando a sus familiares desaparecidos, pudieron comprobar que en Jalisco la gente no manda y tampoco es escuchada.

El fenómeno de la desaparición de personas en México es alarmante, Jalisco no es la excepción. Según el Sistema de Información Sobre Víctimas de Desaparición, portal electrónico que habilitó recientemente el gobierno de Jalisco, hasta el 17 de marzo de 2019 había 17 mil 117 personas desaparecidas en la entidad. Lamentablemente esta cifra queda rebasada diariamente. La semana pasada el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, presentó el Primer Informe Sobre Personas Desaparecidas, ahí  mencionó que Jalisco ocupa la sexta posición a nivel nacional en fosas clandestinas. Tan sólo del 1 de diciembre al 13 de mayo se encontraron en Jalisco 20 cuerpos de personas en fosas. Más recientemente Gerardo Octavio Solís Gómez, fiscal del estado,  actualizó esta cifra y mencionó que en la administración de Alfaro han sido encontrados 35 personas en tres fosas clandestinas.

Por tanto, en Jalisco existe una grave crisis de seguridad pública. Los esfuerzos del gobierno del estado, ahora en coordinación con el gobierno federal, no han dado los resultados que la población demanda.  Tras la manifestación en Casa Jalisco, Alfaro informó que su gobierno ha realizado todo tipo de esfuerzos para aumentar el presupuesto y el personal que atiende a las familias con personas desaparecidas, sin que esto apaciguara la animadversión contra su gobierno.

Apenas el pasado 9 de abril se publicó la nueva Ley del Sistema de Participación Ciudadana y Popular para la Gobernanza del Estado de Jalisco, el espíritu de la ley es ampliar las herramientas de participación ciudadana, disminuir los requisitos para que la población haga efectiva el derechos a participar, ser escuchados e incidir en la cosa pública. En su artículo 4 enfatiza que “ se reconoce el derecho humano a la participación ciudadana como principio fundamental en la organización política y social (…) para intervenir en las decisiones públicas, deliberar, discutir y cooperar con las autoridades”.

Agrega que “la cultura de la paz es el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen los conflictos tratando de abordar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo entre las personas (…) y los gobiernos”.

Sin embargo, la forma en que el gobierno de Jalisco procesó la protesta de los familiares desaparecidos en Casa Jalisco, deja muy mal parada la nueva ley,  ya que un principio elemental para hacerla efectiva es que el gobierno esté dispuesto a escuchar las demandas ciudadanas.

Las personas y familiares de las personas desaparecidas, en especial de las jóvenes que la semana pasada desaparecieron cerca de la Antigua Central Camionera, Sandra Nayeli y Karla Vázquez, y que motivaron la protesta en Casa Jalisco, no estaban ahí por decisión propia. No es un acto placentero dirigirse a buscar al gobernador de Jalisco para exigirle que cumpla su obligación de proveer seguridad a os ciudadanos; es obvio que estuvieron ahí desesperados y angustiados por encontrar a sus familiares. Sin embargo, ni el señor gobernador, ni algún colaborador suyo atendió las demandas ciudadanas.

Muchos ciudadanos jaliscienses ya no confían en su gobernador, y el gobernador ya no tiene confianza para enfrentarse a los ciudadanos; posterior al evento en Casa Jalisco, Alfaro tuvo que cancelar dos eventos públicos al día siguiente por temor a enfrentar a la prensa y responder preguntas sobre lo que había ocurrido el día anterior: no asistió a un evento sobre la nueva Constitución de Jalisco y otro donde se celebraría el Día Internacional de los Museos.

¿Qué va hacer Alfaro en el futuro? ¿No va asistir a eventos públicos?, ¿ya no va a enfrentar a los ciudadanos que gobierna? Alfaro y su equipo deben cambiar muchas cosas en su gobierno, deben buscar que sea efectivo y real el eslogan de campaña de que “en Jalisco, la gente manda”, para que sea efectiva y no una frase hueca. Se debe escuchar a la gente, recibirla cuando acude a buscar al gobernador, atender sus preocupaciones, buscar una solución real a sus problemas, ser solidario y sensible al dolor de los familiares de personas desaparecidas.

Sólo así se logrará la refundación de Jalisco, refundando la actitud de los gobernantes para atender los problemas de la gente.

 

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