El anexo 20.5 del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2015, denominado “Ampliaciones para proyectos de desarrollo regional”, destinaba en uno de sus proyectos de infraestructura social, la cantidad de 300 millones de pesos a una obra que es y será motivo de irregularidades por la falta de planeación, la nula socialización, el mal manejo de los fondos etiquetados y agregados, las cuentas no claras ante la Auditoría Superior y la mala organización del desarrollo urbano que vivimos en Jalisco; denominada como Ciudad Creativa Digital.
Esa fue una de las varias cantidades que le han destinado al fideicomiso, que intenta encargarse de concluir un proyecto diseñado para que la ciencia, la tecnología e innovación en Jalisco, para ser factor de crecimiento económico y desarrollo productivo de inversión de la era digital, que hoy corre en los andadores del mundo. Y que solamente ha servido para reflejar escándalos y falta de voluntad política, para impulsar un proyecto, bastante ambicioso y deseos de ser ejemplo en todos los rincones del planeta.
El proyecto desglosado en fases, se visualiza como el elefante blanco que hereda la administración de Jorge Aristóteles Sandoval a la nueva, encabezada por Enrique Alfaro, con desfalcos que difícilmente encontrarán responsables para fincar cargos y que si tomaran en cuenta la voz de la sociedad, se podría entregar una lista negra de actos de corrupción de muchos funcionarios.
El complejo que se desarrolla a un costado de de la Casa Baeza Alzaga, que recibió aquellos trescientos millones de pesos aquí mencionados, estaba programado, según declaraciones del gobierno estatal de ese entonces, para concluir en un periodo de dieciocho meses, además se pronunciaba que aproximadamente doscientos mil millones de pesos anuales sería el ingreso para el año 2025, generando más de veinte mil empleos.
A la fecha Ciudad Creativa Digital tiene una lista de “logros”, como que el fideicomiso ha recibido más de cuatrocientos millones de pesos para su desarrollo, ha sido objeto de cambios en sus titulares responsables, (por diversos intereses económicos y de conveniencia política), ha recibido sanciones económicas por la Auditoría Superior, que en Nueva Zelanda y Dinamarca (los dos países menos corruptos del mundo), sería sujeto de proceso de responsabilidades administrativas y penales, y por supuesto, mostrar sus pocos o casi nulos avances en el tiempo de construcción que lleva.
Las villas panamericanas, los Arcos del milenio, Presa del zapotillo y ahora Ciudad Creativa Digital, son obras inconclusas, de pérdida de interés dentro de las agendas públicas de las administraciones, y ejemplo de que no pasa nada si su construcción e inversión se deja sin terminar. En eso, Jalisco es ejemplo a nivel nacional.
Ahora, el fideicomiso, en el cual forma parte el Gobierno del Estado, el Ayuntamiento de Guadalajara y el Banco del Bajío, será objeto de auditorías y de nuevos planes, y sin duda de nuevas inversiones económicas, que buscarán llenar el barril sin fondo que hoy es Ciudad Creativa Digital, sí tomamos de ejemplo los tres proyectos mencionados con anterioridad, dicen con cinismo en los pasillos de Palacio de Gobierno que “no hay cuarto malo”.
Guadalajara es sin duda una ciudad ideal para impulsar e invertir en el sector tecnológico y de innovación, agregando que es un ejemplo internacional de magnos eventos culturales como la Feria Internacional de Libro y el Festival Internacional de Cine, sin dejar a un lado las Fiestas de Octubre, que son motivo para reunir a muchos mexicanos. Oportunidad desaprovechada por la improvisación y la indolencia de las administraciones estatales.