El festival de Día de Muertos en Tlaquepaque refleja el extremo mercantilista y la falta de interés por promover las raíces de los pueblos originarios de México. El Municipio supuestamente regaló espacios a los expositores, pero al final, se cobró el servicio con la instalación de toldos. Comerciantes sobre la calle de Hidalgo desembolsaron de 800 a 2 mil pesos. Ahí se instalaron casas funerarias, maquillistas y panaderías, mientras que los artesanos que hacen calaveritas y catrinas de barro, fueron arrinconados en torno a la presidencia municipal.
- Advertisement -