Morelia, Michoacán.- El Arzobispo Primado de Morelia, Cardenal Carlos Garfias Merlos, está bajo la lupa de la Fiscalía General de la República tras recibir 30 camionetas del exgobernador Silvano Aureoles Conejo, supuestamente para apoyar a los más necesitados, según fuentes cercanas al Arzobispado de Morelia.
La cúpula de la Iglesia católica no ha pasado por alto estas irregularidades. Joseph Spiteri, embajador del Papa Francisco, investigó el caso y llevó los resultados al Vaticano. En respuesta, el Pontífice designó a un arzobispo coadjutor para la Arquidiócesis de Morelia, quien llegará a la ciudad el próximo 17 de marzo.
El nuevo arzobispo será José Armando Álvarez Cano, y su misión será sanear la administración financiera de la Iglesia en Michoacán.
La reciente orden de aprehensión contra Silvano Aureoles ha desatado una tormenta en la Iglesia católica del estado. El arzobispo Carlos Garfias Merlos se encuentra en el ojo del huracán debido a su cercanía con el exmandatario y los recursos estatales que habría recibido de él.
Según fuentes cercanas a la Iglesia, Garfias Merlos recibió de Aureoles treinta camionetas blancas de doble cabina, idénticas a las de la policía estatal. Algunas de estas unidades fueron utilizadas para el traslado de sacerdotes en zonas rurales, mientras que otras fueron asignadas a iglesias en comunidades necesitadas. Sin embargo, la falta de documentación oficial ha generado problemas para la Arquidiócesis.
Otro tema que ha encendido las alertas es la presunta relación entre Juan Bernardo Corona, operador cercano a Aureoles, y la remodelación de la casa del arzobispado. Testigos señalan que Corona dirigió las obras en la residencia de Garfias Merlos, donde también se habrían llevado a cabo reuniones con Aureoles en diversas ocasiones. Esto ha levantado sospechas sobre la influencia del exgobernador en la Iglesia católica del estado.
Por su parte, el arzobispo Carlos Garfias Merlos ha calificado las acusaciones contra Aureoles como “mentirosas” y “mediáticas”, asegurando que él no tiene nada que ocultar.
