Filosofando: Jóvenes en riesgo letal

Sábado 03 de junio de 2023.- Esta semana concluye en nuestro estado sacudida con acontecimientos que sorprenden y apabullan el ánimo. Ocurre esta conmoción cuando se detiene la mirada en el desenlace que va teniendo el drama de ocho muchachos, hasta ahora, desaparecidos y que tenían un vínculo de trabajo con una empresa de las que se conocen como call center. El nombrecito está en inglés, porque la mancha de la anglofonía se expande en nuestras comunidades de habla hispana como tiradero de aceite. Se trata de un centro de atención telefónica, pero así se les denomina ahora. Y ya.
De lo que va trascendiendo, a partir de los reportajes judiciales, se sabe que este centro de trabajo está ubicado físicamente en el municipio de Zapopan, pero sin las cartas credenciales que debe exhibir para su autorización, como licencias y otros documentos. Al parecer entonces se trata de una empresa fantasma. También se habla de dos o de tres sucursales y más datos que se han venido colando a la opinión pública. Juan José Frangie, alcalde de Zapopan, afirmó a los medios que nada sabía de esta supuesta empresa, si estaba funcionando de manera clandestina, sin licencia municipal.
Se empezó hablando de la desaparición de cuatro chicos trabajadores de dicho centro. El número fue subiendo hasta alcanzar la cifra de ocho. Pero la dureza particular de estas desapariciones vino a ser otro descubrimiento. En un espacio de difícil acceso de Zapopan se encontró un medio centenar de bolsas con restos humanos. La fiscalía habla ya de la identificación, mediante pruebas de ADN, de por lo menos cinco de los reportados como desaparecidos. La presunción obvia da a temer que los ocho perdidos sean identificados con estos restos humanos. Y no se descarta, por supuesto, que la cifra de desaparecidos y muertos aumente.
La fiscalía estatal indicó haberse comunicado con Rosa Icela Rodríguez en el entendido de que pueda tratarse de delitos de carácter federal, ligados con temas fiscales. De pronto, las primeras reacciones a este tratamiento oficial del asunto, despertó la suspicacia de que las autoridades estatales buscaban escurrir el bulto, criminalizando a los desaparecidos. No es formato nuevo. Y en muchos casos le ha funcionado bien como coartada a las autoridades para echar tierra al asunto y esperar a que se olvide la cuestión. Pero conforme pasan los días toma cuerpo esta hipótesis, que suele ser distractora.
Se realizaron cateos el fin de semana a dos de estos centros laborales y la fiscalía reportó haber encontrado una bolsa con marihuana, cinchos de plásticos y hasta restos de sangre en trapos y trapeadores. En algunos documentos se localizaron nombres de extranjeros, membresías, fechas de cobranza y más datos de este tipo que dan pistas para conexiones ilegales y hasta supuestas ligas con el crimen organizado.
El domingo pasado existía la expectativa de que la euforia se desataría por el rumbo de la fuente de la Minerva, para celebrar el campeonato de las chivas. Pero el gozo se fue al pozo, como bien sabemos y la tal explosión de alegría no llegó. Sin embargo, la glorieta de la diosa griega sigue siendo un punto de partida para manifestaciones locales de importancia. En la semana, uno de los contingentes que protesta en serio por el incremento de desaparecidos y de crímenes impunes arrancó desde ahí hasta la casa Jalisco, en donde vive el gobernador Alfaro.
Por supuesto que se nos ha venido descomponiendo el mundo y ya no sabemos bien a bien para dónde tirar. Los familiares de las últimas ocho víctimas exigían a las instancias de gobierno locales, con justa razón, que dieran la cara y se avocaran a buscar a sus perdidos, a movilizarse para dar con su paradero. Eso de que fueran trabajadores de agentes clandestinos y ligas con las malas mañas les sonaba a agua de borrajas. Las evidencias de estos nexos podrán mutar la perspectiva de los hechos, es cierto. Pero de ahí no se deriva que tengamos que aceptar que las cosas sigan como si viviéramos en tierra de nadie, sin leyes, sin agarraderas, sometidos a la ley de la selva. Asumirlo así, sería aceptar una derrota fatal de los esfuerzos colectivos por dotarnos y regalarnos una convivencia al menos civilizada.
Por tal razón, sin alejarnos un mucho de lo que hemos ventilado, celebramos desde estas líneas que el asunto del paro estudiantil en CUCSH – La Normal haya concluido de buena forma. Tampoco se debió a la bonhomía de los responsables de la administración universitaria, sino en contra de sus bretes autoritarios. Los muchachos paristas no cejaron en invocar todos los derechos que pueden bajarse a tierra en estas confrontaciones, enfrentaron a los farsantes de la FEU, y lograron que los burócratas responsables les escucharan su postura. Si les mediatizan luego lo conseguido, es parte de lo que hay que seguir cuidando en el futuro. Pero por lo pronto levantaron el paro en son de triunfo y con tal optimismo habrán de seguir. No dejarse arrebatar por el torbellino de la violencia en el que está envuelto nuestro estado.
Siempre parece haber una luz al final del túnel, como se deduce del desenlace de esta lucha en particular. Con tales esperanzas hay que emprender lo que se aspire a mejorar y a tales ilusiones acogerse. La experiencia de la lucha estudiantil en Jalisco parecía estar santoleada y enterrada. Pero no es así.

(Foto principal: Zona Docs)