Sábado 12 de agosto de 2023. – Es triste constatar cómo nuestra derecha conservadora (y perdón por el pleonasmo) perdió la vertical en la presente confrontación electorera. La lucha social lleva en la historia a una arena en la que los contendientes van definiendo las partidas y al final, cuando se delimitan bien a bien los campos, esto es cuando las confusiones ya no empañan la visión de los agonistas, viene el combate final y se dirime la pugna poniendo a cada partido en su lugar.
Nuestro pueblo ha vivido varias veces esta experiencia. No nos resulta desconocida. El nombre de 4T, que utiliza el actual gobierno del señor Peje, alude a tres conflictos nuestros del pasado: la independencia, la reforma y la revolución. De los tres salió triunfante lo mejor de nuestra gente, arrinconando a los vendepatrias, a los traidores, a los arrastrados, al desván que se merecen, aunque siempre vuelven a repollar y arremeter, como lo estamos viendo. El vocero mayor de la 4T utiliza el nombre de conservadores para llamar a la clase oligárquica. El gran público no ha rechazado la denominación.
Con este esbozo simplón de nuestra historia particular, del que echamos mano, se dice que estamos otra vez llegando al clímax de nuestra confrontación clasista. Por un lado está la 4T, que posee formalmente el poder actual; por el otro se nos aparecen los señores conservadores, quienes detentaron los puestos públicos casi un siglo completo en el pasado; los perdieron hace cinco años y no terminan de avenirse a esta derrota. El público mayoritario del país parece seguir siendo cuatroteísta. Es lo que revelan las encuestas que le dan a AMLO entre un sesenta y un setenta por ciento del favor de aceptación. Tales números son los que traen desatados y en todo su furor a los mochos actuales, que no hallan de cuál brocha cogerse, pues adivinan que volverán a quedarse colgados de ella con las elecciones del próximo año.
Decíamos de entrada que ya perdieron la compostura. Y la verdad que son tales sus desfiguros en la confrontación presente, que apenas va a iniciar, que hasta se han olvidado de los modales comunes a los que nos atenemos todos y hasta ofrendan ofensas y groserías al por mayor. Veamos algunos de estos avatares, de los que da hasta pena ajena el mero señalarlas; aunque a sus autores pareciera que no les corre la sangre por el rostro, pues no se destiñen al hacerlo, menos ruborizarse.
La primera bofetada, más que visible, vino a ser esto de que la señora X, a quienes algunos mientan ahora como la innombrable, llevó una queja en contra de AMLO ante los tribunales más altos del país, acusándole de usar violencia de género en los discursos en los que la mienta. Tras un breve intercambio de posturas jurídicas, amparos de por medio desde luego, salió el TEPJF con la batea de babas de que AMLO sí cayó en tal transgresión y, por tanto, debe abstenerse hasta de mencionar a la tal señora.
Es un capítulo, éste, más que conocido por el público. Lo digo para ahorrarnos aquí y ahora los detalles concretos de los pasos legales seguidos. Pero lo que manchó todo el proceso vino a ser el dato de que el magistrado responsable basó la sentencia en un discurso que AMLO nunca pronunció. O sea que le inventó los cargos. Es un proceder bastante similar a lo que se hizo desde el poder con el caso de Ayotzinapa, en el que nos salieron con una ‘verdad histórica’ tan burda y obtusa, que se les vino al suelo. Si esto le hace esta derecha inaprensiva al mero mero, ¿qué podemos esperar los demás simples mortales de sus malos modos? Pero sigamos con el recuento, que nos ofrece todavía peores capítulos.
En el articulo anterior de esta columna (pugna por los libros de texto gratuitos) hablábamos de tres móviles centrales de esta derecha obtusa en campaña para enfrentarse a cuanta iniciativa promueva la 4T. Ahora le tocó al renglón educativo. Pero de esos tres móviles sólo le dimos cuerpo a dos, porque la tiranía del espacio periodístico nos venció. Al tercero sólo lo mencionamos en los últimos renglones. Se trata del emprendedor de medios Ricardo Salinas Pliego, quien se metió al brete de la discusión de estos libros desatando una campaña furibunda. Esta semana terminó de soltarse el pelo. Van unas muestras:
“Se les va a aparecer el diablo hdspm, debieron haberse medido”, (sic) publicó en su twitter, un día después de que el INE determinó que ejerció violencia política de género contra la senadora de Morena, Citlalli Hernández. “¿Qué me van a hacer los pendejos del @INEMexico, va a venir a detenerme por cuestionar a una cerdidora pública?”, (resic) agregó, al enterarse de que la Comisión de Quejas y Denuncias del INE le ordenó borrar publicaciones en redes sociales. Refiriéndose directito a Morena suelta la siguiente parrafada, que no tiene desperdicio: “Piénsenle tantito y verán que estamos aquí porque yo los traje, ustedes cayeron solitos, espero y la gente entienda que a los delincuentes como ustedes se les enfrenta y se les saca a patadas del poder que equivocadamente les dieron, en este caso el enemigo de mi enemigo, es mi amigo, no bajemos a la cabeza y alcemos la voz!!!! #YaSeVan, con los niños no se metan y NO a los #LibrosComunistas.” (Ultra resic).
Huelgan comentarios. Otra vez se nos quedarán en el tintero comentarios incisivos sobre tanto infundio y tan ofensivo. Pero esperemos volver otro día, más adelante, al análisis de disparates tan alevosos y groseros. Como apenas viene asomando la campaña, esperamos que habrá tiempo y material de sobra.