Sábado 25 de marzo de 2023. – Desde la perspectiva de las veleidades que presenta siempre el desarrollo de la grilla, la semana fue movidita. Hay temporadas en las que se exalta la fiebre de los dimes y diretes, en la atención y en los reflectores a estas tareas. Así se siente haber ocurrido con la semana que estamos por cerrar.
Arrancó con mucha fuerza el sábado pasado, día del aniversario 85 de nuestra expropiación petrolera. Es un día festivo ya tradicional. De manera que convocar a una concentración para celebrar tal fecha no tenía nada de extraño. Se parece este aniversario, guardadas las distancias, a la concentración en septiembre por la noche del grito, o también la de mayo por el día del trabajo. Que haya luego, con tal pretexto, alguna marcha multitudinaria o bien algún desfile organizado por la milicia o por los sindicatos, es secuela de lo mismo. Pero la del petróleo esta vez no fue una conmemoración ordinaria.
Resulta que el historial que guarda la explotación de nuestro petróleo esconde páginas un tanto oscuras. Desde que el Tata decretó sus medidas entró a la conciencia de la generación contemporánea de nuestros abuelos la idea de que el oro negro se convertiría en pivote indispensable en el crecimiento de la riqueza de nuestra gente. Como que se les hizo soñar a nuestros ancestros que pronto saldrían de pobres, todos. Esta convicción se vino transmitiendo a las siguientes generaciones, sin que hubiera mucho cuestionamiento a su contenido central. Hasta nos sentimos todavía orgullosos de sabernos dueños de tales tesoros, de su uso colectivo y hasta de su manipuleo.
Pero vistas más en cortito estas aserciones, nos fuimos enterando poco a poco de la dura realidad que habían hecho con este renglón económico nuestros próceres neoliberales. En los últimos treinta años, antes de la llegada al poder de AMLO, o mejor dicho de Morena, nuestros gobernantes estuvieron entregando cada uno de los ductos de esta riqueza nacional a los depredadores de siempre. Les valía cacahuate que éstos fuesen nacionales o extranjeros. Lo importante, para ellos, venía a ser lo de poner estos suculentos frutos en manos privadas; que pasara a ser riqueza de particulares. Uno mataba la vaca y el otro le detenía la pata.
Para este redactor resultó una sorpresa muy desagradable haber escuchado a un secretario de hacienda, de apellido Carstens o algo así, que nos informaba que andaba tan mal nuestra empresa petrolera nacional que el siguiente paso sería que importaríamos crudo. Luego vinieron noticias más crueles. Las refinerías estaban casi abandonadas, sin mantenimiento. La industria petroquímica ya trabajaba para otros bolsillos, no para beneficio del pueblo. El instituto mexicano del petróleo (IMP) cerró sus puertas por ‘ineficiente’. Y más sorpresas de este jaez. Hasta llegar al descabellado remate, salido del ronco pecho de Peña Nieto, de que habíamos acabado ya en la ruina, pues habíamos matado la gallina de los huevos de oro, refiriéndose a Pemex desde luego. ¿Qué se seguiría de tales patrañas?
El desconcierto colectivo por estas perspectivas, sumado a la ira desatada que internamente nos producen cada día tantos hechos de sangre y a la ya inocultable corrupción extendida con la que funcionan todos los paisanos que se le pegan a la ubre del presupuesto, nos llevó a las amplias mayoría en las elecciones del 2018 a emitir un sufragio a favor de los morenos, con la encomienda de que le pusieran un fin definitivo y claro al desastre nacional que estamos viviendo, avalado por la inacción de la esfera pública, la que suponemos que está encargada de enderezar la nave.
No hay necesidad de inundar páginas de elogio a las acciones emprendidas por el gobierno de la 4T, como respuesta a este programa de acción. En el accionar actual de lo que es Pemex, a leguas se nota que tales acciones están dirigidas a logras estos objetivos prometidos. La fiebre del huachicol ha descendido al grado de ya ni mencionarse como molestia de peso. Las refinerías viejas entraron a una etapa de recuperación en serio. Se va a estrenar una nueva, la de Dos Bocas, y hasta se adquirió una más radicada en Texas. La extracción de crudo frenó su desplome y ha retomado su crecimiento en serio. Hay más detalles finos sobre cada rubro de éstos, pero baste con lo señalado.
De ahí que no resultara tan sorprendente que el público se volcara el sábado pasado (18 de marzo) a festejar lo conseguido y a respaldar masivamente las acciones emprendidas por el gobierno de la 4T, desmintiendo a todos los opinócratas, desatados en bañar de defectos al gobierno actual. Les dio este público manifestante, como se dice en los ranchos, un achatón tan serio que no se la acaban. Tantas mentiras y embelecos difundidos por el poder mediático se han venido desplomando por su falta de consistencia y respaldo objetivo.
Lo más duro contra la campaña de odio y mentiras en contra de lo logrado por el actual gobierno, que es la columna vertebral de nuestra derecha arrinconada, ha venido a ser el respaldo abierto de los hombres del poder central en Estados Unidos a la política nacionalista, de rescate de la soberanía mexicana, empeñada por AMLO. El aplauso que le llega desde los salones perfumados del imperio es el mentís más duro en contra de la oposición local, que no acaba de hallar la puerta en sus desvaríos. Y lo que sigue es la jornada de la renovación de los poderes el año próximo. Esta situación parece imprimir ya el derrotero de lo que tendremos en la renovación de los poderes para el año entrante. Ya veremos lo que venga.