Flow
Josefina Reyes Quintanar
Una película que pareciera ilustrarnos el fin del mundo, sin diálogos, pero con una historia llena de drama, melancolía, ternura y diversión. Nos presenta la odisea que pasan 5 animales muy distintos entre sí. No es la superproducción hollywoodesca ni de Disney, es una animación independiente en la que los animales no están humanizados, sino que muestran sus comportamientos tal cual es su especie, actúan como animales reales y es el deleite de la película. Siendo un gato el protagonista, les encantará sobre todo a los amantes de los mishis.
Me refiero a Flow, una película letona que tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Cannes en mayo del 2024. A la fecha está llena de elogios por parte de la crítica, ha ganado 19 premios alrededor del mundo y ha tenido dos nominaciones a los premios Oscar en las categorías de Mejor Película Animada y Mejor Película Internacional. Su director Gints Zilbalodis explica que fue inspirado por su conexión con la naturaleza y sobre todo por su convivencia con perros y gatos, y es lo que logra transmitir en su película. Además, su intención es comunicar emociones y una historia sin la necesidad de recurrir a diálogos, sino sólo a través de imágenes. Con esto logra un alcance más universal sin estar limitado por barreras culturales o el idioma.
Según nos narra, el mundo ha sido devastado por una enorme inundación o algo parecido al diluvio universal, se logran ver algunos vestigios humanos como esculturas y edificaciones ya en ruinas o invadidas por el agua, no existe un inicio de la catástrofe, no hay un porqué están sucediendo los hechos, simplemente el agua va en ascenso bajo unas lluvias constantes y todo va quedando sumergido. En esta situación, un gato inicia el viaje en solitario a través de paisajes que parecieran una locación asiática (esto último según mi imaginación). Es necesario para el gato unirse a otras especies de animales para enfrentar los desafíos y sobrevivir al entorno. Junto con un labrador y otros perros, un lémur, un capibara y un ave desterrada de los suyos, el gato se introduce en una especie de Arca de Noé con el único fin de sobrevivir y darnos un mensaje de resiliencia.
Esta coproducción entre Francia, Letonia y Bélgica en solo 85 minutos logra ofrecer una obra de arte en la que logra comunicar ese equilibrio con la naturaleza sin juzgar con sentimentalismos lo que parece una catástrofe. Sin villanos en la trama, los animales lo único que transmiten es la camaradería para sortear el destino, mostrando una realidad sin prejuicios. Nos muestra un fenómeno natural sin intencionalidad alguna, sin más explicaciones sobre cómo empezó, cuánto durará ni en qué va a parar la situación. Una película de animación que no es exclusiva para niños, al mostrarnos la naturaleza con sus sonidos llega a ser una experiencia relajante.
El título original de la película en letón es Straume, cuya traducción al español sería “arroyo”, pero en inglés le nombraron Flow, fluir. Ambas palabras la describen muy bien creando una imagen muy apegada a lo que muestra la trama. Otra de las curiosidades es que está hecha con un programa animador computarizado llamado Blender, el cual es un software libre, de código abierto, lo que significa que puede ser descargado y utilizado de manera gratuita.
Sin contarles más con el fin de que acudan a verla, actualmente se encuentra en cines, esta película nos invita a la reflexión a través de la sensibilidad de sus imágenes y del mensaje que cada especie de los animales que aparecen nos transmite.