Frentes y lecturas electorales

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Este pasado 7 de septiembre arrancó el proceso electoral 2020-2021 que culminará el 6 de junio del siguiente año con la elección de 21 mil 368 cargos públicos, entre ayuntamientos (con excepción de Durango e Hidalgo), diputados federales y locales, así como 15 gubernaturas. Esto representa la elección más grande en nuestra historia.

A la jornada electiva estamos citados 96 millones de personas, 6 millones más que en 2018, lo cual no garantiza una mayor participación, de hecho, se espera una presencia en las urnas mucho menor a la 2018.

El tinglado electoral durante el mes patrio presenta las primeras pistas para seguir el rastro de las posibles rutas y puntos de inflexión que terminarán por dibujar los resultados de los comicios el año siguiente.

Sobra decir que el rival a vencer es Morena, no solamente por la acuciosa votación obtenida hace dos años, sino por las proyecciones más que favorables para ese partido en las elecciones venideras. Según los promedios en las encuestas de casi todas las casas que realizan estos ejercicios, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador podría mantener la mayoría en la Cámara de Diputados y alzarse con la victoria en 14 de 15 gubernaturas en disputa, dejando solo la de Querétaro al Partido Acción Nacional. Hasta aquí todo parecería un día de campo para los morenos.

Sin embargo, las cosas se complican no por agentes externos o disputas contra adversarios partidistas, sino por las desavenencias y luchas intestinas en ese instituto político. Ese, y no otro, es el verdadero adversario que deben superar. Hoy por hoy, Morena es incapaz siquiera de encontrar la manera de renovar su dirigencia nacional. Pareciera que su principal y único faro es el presidente de la República, quien a pesar de su poder político no ha encontrado la manera de establecer el control y la disciplina partidista entre sus agremiados.

Por su parte la oposición tampoco se encuentra en el mejor de los escenarios, aunque su narrativa se empeñe en señalar lo contrario. Asistimos a su extravío al observar que sus propuestas no van más allá de enfrentar a la 4T con una narrativa hueca, carente de opciones para tomarse en cuenta y con un poder altamente regionalizado y atomizado que determinará la parcialidad de sus alianzas.

Otra pista del escenario electoral la conforman los proyectos personalísimos de personajes como el senador, Ricardo Monreal, que tiene la mira puesta en la candidatura presidencial en 2024 o en la del Gobierno de la Ciudad de México con Morena o con quien lo patrocine; los gobernadores de Jalisco, Enrique Alfaro, con Movimiento Ciudadano, y de Chihuahua, Javier Corral, con el PAN; así como el canciller, Marcelo Ebrard, como representante de la 4T. A querer o no, estos personajes estarán prefigurando varias de las candidaturas locales, estatales y federales para 2021. En cuanto a las candidaturas para los Ejecutivos estatales, me parece que en el palomeo llevará mano Andrés Manuel López Obrador.

Sin duda, una lectura que debemos tomar en cuenta en el contexto del banderazo de salida electoral es la ruptura de diez gobernadores con la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Evidentemente es un lance contra el lopezobradorismo, y se atrinchera en tres exigencias fundamentales: fiscal, sanitaria y educativa, dejan de lado la seguridad. Los gobernadores que abandonaron la Conago son José Rosas Aispuro, de Durango; Enrique Alfaro Ramírez, de Jalisco; Silvano Aureoles Conejo, de Michoacán; de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca; de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez; de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís; de Nuevo León, Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón; Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, de Guanajuato; y Martín Orozco Sandoval, de Aguascalientes.

La autonombrada Alianza Federalista representa 31 por ciento de la población total nacional; 40 por ciento de la Inversión Extranjera Directa en la industria de la manufactura; 59 por ciento de las exportaciones de esa industria; y 40 por ciento del empleo formal en 2020.

De cara a este rompimiento vale la pena realizar una mirada en retrospectiva de las acciones que han ejercido los gobernadores contra el poder central. Un primer momento se observa en el siglo XIX, con la rebeldía de los mandatarios estatales hacia los débiles gobiernos centrales, es momento concluye con la presidencia de Porfirio Díaz quien mediante la fuerza y la modificación de algunas leyes consiguió someterlos. Entre el final del porfiriato y la fundación del Partido Nacional Revolucionario algunos gobernadores se alebrestaron nuevamente. Luego vino el largo periodo del México postrevolucionario-priistas donde los mandatarios estatales se volvieron delegados del presidente, llegando a su cúspide ese sometimiento con Carlos Salinas de Gortari quien removió a diecisiete mandatarios estatales. Finalmente, el tercer periodo comenzó con Ernesto Zedillo y la rebeldía del gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo.

Esta última etapa ha marcado el crecimiento del poder estatal y transformado las reglas de la política mexicana.

La fase que estamos viviendo es inédita porque nunca antes se habían mezclado los elementos que hoy tenemos: rebelión de los gobernadores y un presidente fuerte.

Sea como sea, si la Conago no pinta, la ruptura de los mandataros tampoco. Es decir, del tamaño e importancia de la Conago es el peso de la escisión.

Finalmente, hay seis pistas que debemos seguir, aunque hoy no son tan claras. Las dinámicas municipales donde las fortalezas y debilidades partidistas muchas veces no coinciden con las realidades nacionales de los institutos políticos, y donde muchos liderazgos locales tienen la fuerza de influir en las células de gobierno más pequeñas que son los municipios y sus regidurías.

¿Quién se quedará con los simpatizantes de México Libre? ¿Regresarán al PAN o se acercarán a otro partido? ¿Presionará Morena y la 4T para que el Tribunal Federal Electoral les otorgue el registro y generen una mayor atomización de los votos que beneficie a Morena?

¿Cuál será el impacto de la pandemia del coronavirus y de los casos abiertos de la lucha contra la corrupción?

¿De qué manera se moverán los dueños del dinero (legal e ilegal), a qué grupos y candidatos terminarán apoyando?

¿Cuál será el impacto del resultado en las elecciones de Estados Unidos?

Una pieza fundamental en todo el tinglado electoral somos los ciudadanos. Al día de hoy, no tenemos claridad sobre las veredas que seguirá la población de cara a las elecciones. En la realidad política mexicana tan resbaladiza alguien puede anochecer en un partido político y despertar en otro. Por ello, las filias y fobias ciudadanas vuelven vulnerables las lealtades políticas de la comunidad.

Lo único claro en todo esto, es la cita en las urnas el próximo 6 de junio de 2021.

 

@contodoytriques