La Glosa del Quinto Informe de Gobierno de Enrique Alfaro es un acto de circo que sirve sólo para demostrar la actitud golosa de poder que hunde a la corriente alfarista. Todo mundo sabe que quien gobierna el Legislativo es Alfaro, que sus órdenes se cumplen y no se discuten; que los integrantes del partido naranja y los funcionarios a los que les toca dar la cara por los aciertos o los errores de Enrique, son capaces de escuchar y soportar en silencio los discursos de la oposición o los “choros” interminables de Mara Robles como en la primera glosa. Al final de cuentas ellos saben cómo hacerle para ignorar la crítica al jefe supremo.
