Ayer Alfaro lucró con la imagen de su hija, desde que sus propaganderos pusieron a la pequeña a darle la bendición antes de salir al Congreso, y ya en el recinto Alfaro sentarla en sus piernas como un padre cariñoso, sin importarle el protocolo que debe guardar una ceremonia oficial en el Legislativo. ¿Pensaría que la presentación de su 4 informe era asunto de niños? ¿Creería que los opositores olvidarían abusos y errores en el ejercicio del poder, sólo por el hecho de llevar a su hija? ¿Pensaría que el exponerla evitaría el acalorado y atropellado informe donde mostró su característica personalidad de prepotencia queriéndose sentir dueño del Legislativo?