Grandezas de Nueva Galicia / VIII
Gabriel Michel Padilla
Capítulo 4 (77)
De los conventos del Teúl y Xuchipila y cómo el padre comisario envió quien los visitase
Habiendo el padre comisario general visitado el convento de Guadalajara, como queda dicho, y queriendo ir a visitar otros dos que son el de Xuchipila y el de Teúl, los cuales están muy a trasmano y fuera de comarca y en lugares peligrosos por los chichimecas y estando ya de camino para ir a ellos cargaron de él muchos frailes y le requirieron que no lo hiciese, atento que era camino muy peligroso y poner en riesgo su vida en lo que podía hacer por tercera persona por esa importunación y requerimientos y por otras causas que se juntaron dejó el padre Comisario aquella jornada, y envió en su lugar a un fraile viejo y muy honrado que había sido muchas veces definidor de aquella provincia. Este visitó los dichos dos conventos de los cuales se dirá en este lugar brevemente como de los demás según la relación que ellos dieron al padre Comisario general sus guardianes.
Xuchipila, uvas, biznagas, indios caxcanes
El convento de Xuchipila es pequeño, hecho de adobes tiene una bonita huerta en que se dan muchas y muy buenas uvas y biznagas de las de España que sirven de mondadientes; su advocación es de nuestro padre San Francisco y moraban en él dos frailes; el pueblo es de trescientos vecinos indios caxcanes que hablan una lengua que parece un tanto a la mexicana y de esa nación y lengua son los demás de aquella guardianía que serán otros tantos, todos caen en el obispado y jurisdicción de Guadalajara y está Xuchipila de aquella ciudad como dieciséis leguas; moraban allí algunos españoles y ahí presidio de soldados para acompañar a los que van de Guadalajara allá y desde allá a Teúl, por respeto de los chichimecas.
El Mixtón, remembranza de la batalla feroz, del virrey Mendoza.
No lejos de Xuchipila, está una sierra muy alta y muy fuerte la que llaman Mixtón, donde los años pasados se recogieron hicieron fuertes los indios de aquella comarca sin quererse rendir a los españoles en mucho tiempo hasta que don Antonio de Mendoza que entonces era virrey de nueva España salió de México para allá y con muchas gentes y tiros gruesos de artillería hizo combatir el fuerte y así se dieron los indios y quedó la tierra pacífica.
El Teúl, su convento, sus frailes, sus indios hablan legua caxcana.
El convento del Teúl cuya advocación es de San Juan Bautista, es una casita tan pequeña que no tenía entonces más de dos celdas muy ruines hechas de adobes en las cuales moraban dos religiosos que allí residen. El pueblo es pequeño, que aún no tenía 150 indios como otros tantos había entonces en los restantes de la guardería convertidos y de paz. Todos hablan la lengua caxcana que hay en el obispado y jurisdicción de Guadalajara. Está el Teúl a ocho leguas de Xuchipila todas de tierra de guerra y dieciséis de Guadalajara, de camino muy áspero aunque no muy peligroso; con estos indios del Teúl, confinan otros muchos infieles y gente de guerra y otros muchos de paz aunque no están convertidos. Por allí por el Teúl se pasa para ir desde Guadalajara a Zacatecas.
Capítulo 5 (78)
De cómo el padre comisario salió de Guadalajara en prosecución de su visita y despachó sus patentes a México
Miércoles 31 de diciembre de 1586, fin de año.
Habiendo el padre comisario tenido la pascua de Navidad en el convento de Guadalajara, y celebrándola con mucha solemnidad y regocijo espiritual. salió de allí en prosecución de su visita miércoles 31 de diciembre fin de año de 1586 y principios del año del nacimiento de nuestro salvador de 1587 años, y andada y legua y media pasó por entre 2 pueblos de aquella guardianía el uno llamado Toluquilla y el otro san Sebastián; y andadas después dos leguas y media no largas en que se pasan unos arroyos y cienaguillas por una calzada y alcantarillas de madera y después una buena cuesta, llegó a decir misa al pueblo y convento de Tlajomulco donde se le hizo muy solemne recibimiento; salieron muchos indios e indias al camino casi una legua a verle y recibirle y después a trecho encontraba muchas cuadrillas de unos y de otros hincados de rodillas con mucha devoción aguardando a que el padre comisario pasase y los bendijese. Allá junto al pueblo había gran golpe de gente y mucha más a la puerta del patio del convento de aquel pueblo de mediana vecindad de gente muy devota y mediatamente pulida; está fundada en un valle en una rinconada entre cerros muy altos; es aquella tierra calurosa aunque no mucho;
Naranjos, limas, limones, laguna con pescadillos sabrosos, lengua coca
danse por allí naranjos sidras limas y limones y otras frutas de Tierra caliente; viene a aquel pueblo un arroyuelo de buen agua que en tiempo de verano se seca y entonces beben los indios de pozos. Una legua de allí está una laguna de agua salobre en que se crían unos pescadillos muy sabrosos y junto a ella hay algunos pueblos de aquella guardianía los cuales o los demás de las visitas y los del mismo Tlajomulco habla la lengua coca y aunque ésta es su natural y materna los más entienden y hablan la mexicana y en ella se confiesan y les predican; andan vestidos ellos y ellas como los mexicanos y caen todos en el obispado y jurisdicción de Guadalajara.
Nogales, membrillos, uvas, naranjas, hortalizas y mostazas
El convento es pequeño de claustro bajo y celdas bajas sobre un henchimiento; todo es de adobes, con la iglesia la cual es capaz de mucha gente. Tiene el convento una buena huerta en que se dan membrillos y uvas y todo género de naranjas y hortalizas y muchas mostaza aunque les falta agua de pie, hay para beber los frailes y servicios de la casa un buen aljibe grande de agua y llovediza, y danse en la huerta sobredicha muchos nogales de la tierra, los cuales son grandes pero no tan gruesos como los de España, ni aún conforman con ellos en las hojas ni en la corteza, la fruta es de la hechura de almendras aunque mayor que ellas pero lo de dentro no difiere de las nueces de Castilla ni en sabor ni en parecer ni en propiedad y aún son aquellas más sanas, porque no son tan recias ni tan pesadas como las de Castilla. Hay de aquellos árboles en muchas partes de aquella provincia y en algunos conventos de ella han injerido (injertado) en ellos los de Castilla y salen muy buenas nueces; la Advocación del convento de Tlajomulco es de San Antonio; moraban en él tres frailes, los visitó el padre Comisario y se detuvo con ellos hasta el miércoles de la semana siguiente.
Despachos desde Tlajomulco a Yucatán, Guatemala y Nicaragua
En ese ínterin acudieron los indios de la guardianía con sus ofrendas de pan de Castilla, plátanos y algunas aves; y despachó el padre Comisario las patentes sobredichas por todas las provincias a la de Guatemala, Nicaragua y Yucatán despachólas con un fraile que allí había venido a negocios de la misma provincia de Guatemala, el cual las llevó a la provincia de Yucatán y de allí pasó a Guatemala donde se enviaron a Nicaragua y en todas partes como dicho es fueron recibidas y obedecida; a México las envió con el mismo fray Francisco Séllez, yendo en su compañía un predicador de aquella provincia de Michoacán llamado fray Alonso de la Concepción y a ambos y a cada uno de ellos, insólidum, les dio poder bastante, por ante escribano, para poderlas presentar en la audiencia y pedir los recaudos recetarios para que tuviesen debido efecto y para tratar todos aquellos negocios con la misma audiencia según el orden y memoria que llevaron yoles también patentes para el mismo efecto mandándoles que posasen en el convento de San Cosme y San Damián de los frailes descalzos y que de allí saliesen a negociar. Lo que allí negociaron adelante se dirá. Allí en Tlajomulco tuvo el padre comisario la fiesta de la epifanía que llaman de los reyes, la cual celebran los indios con tanta solemnidad a su modo que pareció hacerles notorio agravio si en ese lugar no se pusiera algo de lo que en ella pasó.