Aunque hay pausa de un mes para aplicar o no aranceles de 25% a productos nacionales exportables, con Trump no se pueden echar a vuelo las campanas. Es impredecible, porque lo que hoy dice, mañana se desdice. Se debe ser cautos con él. Desconcertar y torturar a desvalidos, migrantes, sobre todo; naciones enteras y gobiernos, son su pasión, su mayor placer. No obstante, hay parte de culpa nuestra por colocar todos los huevos en una canasta, pese a advertencias de años atrás.