Amado Aurelio Pérez
DE LAS FUERZAS DE LOS PUEBLOS UNIDOS DE NAYARIT, LITERATURA E HISTORIA. / I
Primera parte:
Manuel Lozada, jefe militar de “las fuerzas de los Pueblos Unidos del Nayarit” que entre 1858 y 1873 mantuvo una autonomía de facto sobre el territorio que se convertiría en el estado de Nayarit, ha sido representado de diversas maneras según las generaciones de historiadores, intelectuales y antropólogos que se han interesado en su estudio, ya sea como el Tigre de Álica, indio precursor del agrarismo, bandolero social mestizo y católico, líder del conservadurismo popular o como un Cristo transgresor, según la perspectiva indígena.
Lozada como héroe y caudillo indígena generó el mismo revuelo entre los historiadores que en aras de una imparcialidad y una objetividad científica, recurren en parte a la explicación económica -en la que ya reconoce limitaciones- para dar cuenta de los procesos de “fragmentación” del espacio indígena y los “diferentes ritmos de expansión capitalista”.
Sobre las andanzas del “rebelde” destacan tres novelas históricas: Manuel Lozada, el Tigre de Álica (1895), de Ireneo Paz, abuelo de Octavio Paz; Manuel Lozada. El Tigre de Álica: general, revolucionario, rebelde (2015), de Jean Meyer, y El Tigre del Nayar (2010), de Queta Navagómez.
Mención especial: La rebelión agraria de Manuel Lozada: 1873 de Mario Alfonso Aldana Rendón.
Esta diferenciación parte de un importante cuestionamiento que se refiere a un tema común en la historiografía: el de la traición al interior del movimiento, que aún para Meyer es una de las causas del “ocaso de Lozada”, y que se explica como consecuencia de las divisiones internas entre los pueblos indígenas.
Personaje de novela en donde la legalidad, (juridicidad), en un sentido amplio, integral, esto es, como normas, derechos subjetivos, y reclamos y concretizaciones de justicia, está siempre presente; se nos narran conflictos agrarios, despojos de tierra y litigios en una lucha entre el latifundio y las comunidades indígenas; se nos habla de leyes estatales y generales que fraccionan la propiedad comunal –de “manos muertas” se decía– para perpetuar el despojo como una constante entre los vivos; pero también se narra acerca del derecho que nace del pueblo, aquellas normas que decreta Lozada, para la defensa y el usufructo de los invisibles Na´ayeris, propietarios originarios y por derecho de real cedula del rey de España. Esta cédula de 1767 expone una recopilación de los mandatos planteados por la Corona española en torno a la participación de los indios americanos en las instituciones coloniales. Se citan: *(382r) la cédula de 12 de marzo de 1697 expedida bajo el reinado de Carlos II de España
Queta Navagómez, su autora, nació en Bellavista, Nayarit. Escribe cuento, poesía y novela. Fue ganadora del II Certamen Literario de la revista Marie Claire, en 1995, así como el Premio de Cuento “Alica” de Nayarit, en 1995; el Premio nacional Bienal de Poesía Alí Chumacero, en 2003-2004: El Premio nacional de Cuentos Campiranos, de la Universidad Autónoma de Chapingo, en 2007; el Premio nacional de novela José Rubén Romero, otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, en 2008; y el primer lugar nacional del VIII Concurso de Poesía del Pitic, en 2009.