Hurgar con catalejos

Hurgar con catalejos

Amado Aurelio Pérez

panop1954@gmail.com

DE LAS FUERZAS DE LOS PUEBLOS UNIDOS DE NAYARIT, LITERATURA E HISTORIA. / II

Segunda parte:

El tigre del Nayar. México, D. F. Jus, 2010 Es una novela histórica que transcurre en la época de la guerra de Reforma. La muerte de Benito Juárez el 18 de julio de 1872 marcó el fin de la leyenda de Manuel Lozada, el Tigre de Álica. Un año un día después fue fusilado en Tepic. Celebraba así su primer año como presidente de México Sebastián Lerdo de Tejada.

Bandolero para unos, redentor de los desheredados para otros, o ambas cosas, Lozada fue un personaje complejo que se alió al emperador Maximiliano y también pactó con Juárez, las figuras emblemáticas de los polos ideológicos y políticos que dividieron y dividen a la nación: conservadores y liberales, derecha e izquierda, fifís y chairos. Ayer y hoy. Benito Juárez: Zapoteco, Na´ayeri el otro, Juárez y Lozada, dos personajes de la historia nacional.

El presidente toleró al guerrillero, construyeron acuerdos, y al menos el oaxaqueño honró su palabra. El liberal Ramón Corona solicitó por escrito al presidente autorización para someter al “Cora agrarista-conservador”, pero nunca recibió respuesta.

“La nación sigue polarizada 153 años después del fusilamiento y su natal Nayarit tiene una sistemática vocación por el olvido histórico. No bastan los bustos lozadistas, su estatua al oriente de Tepic, su nombre en letras doradas en los muros de honor del Ayuntamiento y del Congreso del Estado, en el imaginario colectivo sobresalen más las leyendas de tesoros escondidos, aparecidos, fantasmas y ataques sanguinarios, que la justa valoración del complejo y paradójico luchador social más importante del siglo XIX”, reflexiona Pedro López González, autor de 98 libros de historia regional.[1]

“Jean Meyer (Niza, 1942), en cambio, lleva años experimentando otros modos de acercar al lector no solo al pasado, sino simultáneamente al quehacer del historiador. En efecto, en una narración lineal es mucho lo que se sacrifica: el carácter fragmentario de las fuentes; su sabor siempre único; las dudas insalvables ante las contradicciones de los testimonios; y las experiencias de investigación que transforman al historiador llevándolo a recorrer rincones apartados, a hacer amistad con cronistas o eruditos locales que les abren nuevas puertas y a encariñarse con los sobrevivientes de las gestas del pasado. Estas pérdidas resultan demasiado elevadas para historiadores que –como Meyer– nunca salen ilesos de las investigaciones que emprenden y que terminan por darle un nuevo giro a su vida, por cimbrar sus creencias más profundas.[2].” Aquí se reproduce con fines Informativos, parte de reseña aparecida en la Revista Letras libres:

Bibliografía: 

Aldana Rendon Mario A: Manuel Lozada: lucha por la tierra y la autonomía en Nayarit:1850-1873 UdG 2022   Jauregui, Jesús; Prólogo, volumen (I) La Expedición al Nayarit (Konrad Theodor Preuss México 2020 sigloxxi Et. Alt.

Magriñá, Laura (2000), Organización política de los Coras antes y después de su reducción en 1722, Ensayo de especialización en antropología política, Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Lira Larios Regina: La imagen inestable de Manuel Lozada. Entre la historia política y la política de la historia

López González, Pedro: Mosaico histórico de la ciudad de Tepic (Tepic: Bancomer, 1979).

Viqueira, Juan Pablo: “Manuel Lozada en el taller del historiador”, Letras Libres (versión en línea) consultada 20 de agosto 2024

[1] López González, Pedro. Mosaico histórico de la ciudad de Tepic (Tepic: Bancomer, 1979).

[2] Viqueira, Juan Pablo, “Manuel Lozada en el taller del historiador”, Letras Libres (versión en línea)