Hurgar con catalejos

HURGAR CON CATALEJOS

AMADO AURELIO PEREZ

panop1954@gmail.com

Foto: Especial

Adriana Leal, es una poeta. No hay duda de eso y para que no malentendamos, esta afirmación implica costos, sobre todo en: De allá, al horizonte, libro editado por ediciones Arlequín, Conaculta Fonca el año 2006.

El mapa de la poesía mexicana y el canon de ésta se puede hacer a partir de las antologías que han sido un espacio de resistencia y también, una mirada sujeta a el capricho que acompaña los discursos escritos para sortear obstáculos, desilusiones y voces vociferantes, que desafían a la sociedad con comportamientos que solo se aceptaban a los hombres.

Rogelio Guedea, coordinador de la historia crítica de la poesía mexicana, lo pone de manifiesto, en la presentación del tomo dos de dicha historia, editada por Fondo de Cultura Económica.

El empoderamiento para las mujeres, La poesía del siglo XXI ha sido un espacio fértil para la exploración y representación de la figura femenina en la literatura. Las poetas contemporáneas han abordado una amplia gama de temas relacionados con la experiencia de ser mujer en la sociedad actual, incluyendo la identidad, el cuerpo, el amor, la maternidad, la sexualidad y la lucha por la igualdad. A través de metáforas, símbolos y un lenguaje poético innovador, estas poetas han logrado plasmar de manera profunda y conmovedora las complejidades de la condición femenina en el siglo XXI.

Adriana Leal, escribe, por ejemplo:

Más allá de la habitación de las flores, en una rama de

tu pelo, la espesura verde del árbol encuentra el bosque

verdadero de tu nombre; dulzura de agua que al caer

llama a la tierra y la resucita, danzando al son santo de

un orgasmo.

Gota a gota en viaje disparado, anida el charco, ojo

reflector del cielo que se reduce al semen moreno de

tu lodo.

Más allá de las ramas, piedras de lama y canto, en el

zumbido, en la libélula de tus labios-noria; más allá de

Chac, del vapor y la alabanza, se encuentra un nombre

para la lluvia.

Cuando se reivindican hoy las llamadas “políticas de identidad,” desde la firme creencia en el yo como entidad ficcional y construida, se pone en entredicho la tradición barthesiana de “la muerte del autor”.

La especificidad de una escritura femenina es uno de los puntos de mayor controversia, cada vez más puesto en discusión por las teorías culturales: “Los debates acerca de la representación y de la experiencia reflejan la tensión general en toda investigación feminista entre lo que, en términos de política feminista, se conoce como la oposición entre feminismo de la diferencia y feminismo de la igualdad” (Suárez Briones 2000, 30). Esto ha evolucionado hacia intereses mucho más diversificados en los estudios actuales. Sin duda incluso, muchas críticas feministas “ya no mantienen una actitud celebratoria frente a todos los textos escritos por mujeres, ni sostienen, necesariamente, la idea de una escritura femenina o de mujer” per se (Arnés 2009, s/p).

Es un intento teórico de construir un sujeto del feminismo a partir de la performatividad, es decir de la capacidad de la mujer para abrirse a significaciones e intervenciones personales en la construcción de la propia imagen y de la auto-percepción, por encima de la norma. Remito: Ensayos y antología; en 2006 la de Balbina Prior.

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