Hurgar con catalejos

Hurgar con catalejos

Amado Aurelio Pérez

1990aapc@gmail.com 

Nacido el 20 de enero de 1925 y muerto 01 de marzo 2020. ERNESTO CARDENAL, cumple seis décadas de ser imprescindible, y veinte días de un cómplice olvido.

 

El poema “Oración por Marilyn Monroe” (1965), del sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal (1925), no solamente nos trae a la memoria la trágica muerte de la célebre actriz estadounidense Marilyn Monroe (1926-1962) su azarosa vida detrás de las refulgentes luces hollywoodenses, sino también que nos impele a sopesar críticamente los efectos nefastos del imperialismo yanqui.  Se hace necesario destacar que, aún en una poesía que parece ser mucho más oral y simple, encontramos muchísimos procedimientos que permiten otorgar al lenguaje y al texto el valor poético, que algunos ningunean.

Ernesto Cardenal: Oración por Marilyn Monroe

            Señor

recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,

aunque ese no era su verdadero nombre

(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años

y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)

y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje

sin su Agente de Prensa

sin fotógrafos y sin firmar autógrafos

sola como un astronauta frente a la noche espacial.

Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)

ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo

y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.

Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.

Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno

pero también algo más que eso…

Las cabezas son los admiradores, es claro

(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).

Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.

El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo

en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano

expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox

que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.

            Señor

en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,

Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda

que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.

Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).

Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,

el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.

Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros

por nuestra 20th Century

por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.

Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.

Para la tristeza de no ser santos

                                                        se le recomendó el Psicoanálisis.

Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara

y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena

y cómo se fue haciendo mayor el horror

y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda

soñó ser estrella de cine.

Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.

Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados

que cuando se abren los ojos

se descubre que fue bajo reflectores

                                                              ¡y se apagan los reflectores!

Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)

mientras el Director se aleja con su libreta

          porque la escena ya fue tomada.

O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río

          la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor

vistos en la salita del apartamento miserable.

La película terminó sin el beso final.

La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.

Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.

Fue

como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga

y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER

O como alguien que herido por los gánsteres

alarga la mano a un teléfono desconectado.

            Señor:

quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar

y no llamó (y tal vez no era nadie

o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)

            ¡contesta Tú al teléfono!

Debido a su laureada carrera y a su culminación como sex symbol, todos los acontecimientos de su vida fueron tratados por los medios con frivolidad, falta de empatía y de manera utilitaria. Su trágica muerte no fue la excepción a pesar de que sucedió bajo circunstancias turbias, poco claras y devastadoras, pues develaron una serie de traumas, adicciones y situaciones dolorosas por las que la actriz y cantante atravesó desde su niñez.

Tras su presunto suicidio, Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense (quien únicamente compartía con Marilyn el espacio temporal en donde ambos existieron), hace un esfuerzo por dedicarle las que pudieron haber sido las palabras más humanas que nunca le escribieron en vida, carta de despedida, de disculpa pública en nombre de toda la humanidad, misa funeral.

Carmen Alemany argumenta al respecto: “Los poetas coloquiales se encargaron de potenciar, fundamentalmente desde los años sesenta, estos aspectos y de asumir en sus escritos algunas características de movimientos poéticos anteriores” (2006, 34).

En la literatura hispanoamericana, la lectura de poemas está sujeta a dogmas inflexibles que frecuentemente privilegian el nombre del poeta por encima de la importancia de su obra y frecuentemente toman más en cuenta al contexto social, político e incluso el auge editorial que el discurso poético en sí mismo. Este es el caso Ernesto Cardenal poeta que considero fundamental para las letras hispanoamericanas de la segunda mitad del siglo XX.