Hurgar con catalejos

Hurgar con catalejos.

Amado Aurelio Pérez

1990aapc@gmail.com

IN MEMORIAM: ARTURO TREJO VILLAFUERTE

Arturo estuvo a cargo de “La Semana de Bellas Artes” con los alumnos destacados de Gustavo Sainz en la Dirección de Literatura, INBAL. El final de esta publicación memorable llegó con el acoso de la primera dama en el sexenio lopezportillista. Hace cuatro años, a los 66 años de edad falleció el poeta, narrador, cronista y ensayista.

Arturo Trejo Villafuerte, Premio Nacional de Novela Ibargüengoitia, con su novela Lámpara sin luz.  Colaboró en, INBAL, la UNAM, la UAM y diversas revistas y periódicos. Destacando sus colaboraciones en la semana de BELLAS ARTES, allá, por la década de los setenta. Nació en Ixmiquilpan, Hidalgo, el 24 de diciembre de 1953. Murió el 13 de mayo de 2020, en Texcoco, Estado de México.

Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo (Estado de México) y excoordinador de actividades de la Dirección de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), escribió en su labor como escritor y periodista más de 50 libros que van de la poesía al ensayo pasando por la crítica literaria y la narrativa. De su obra publicada extraigo con fines de divulgación el siguiente poema:

 

PARA UN ROBLE CAÍDO

Tengo veintitrés años

y estoy a punto de salir al trabajo.

Soy reportero, articulista, poeta, tengo publicados tres libros.

De pronto veo, como si fuera la primera vez, las arrugas en la cara

y frente de mi abuelo.

Las canas que pintan un camino blanco en la cabeza de mi abuela.

Son las telarañas que tejen los años,

hacen grietas,

crean dolores en la espalda y en las piernas,

causan dificultad para agacharse

y hacen brumosa la memoria.

El parpadeo en los ojos,

las siestas frecuentes,

son la señales de que los años no perdonan,

que el tiempo nos acaba,

poco a poco,

y no perdona.

Nosotros, los jóvenes, confiados siempre,

vivimos el futuro en el ahora

y siempre en tiempo presente.

Miro los ojos cansados de mi abuelo,

ya no tienen el brillo de hace veinte años,

cuando me cargaba en sus espaldas.

Tomo su mano y siento su fortaleza de varón,

de roble fuerte y macizo.

Tiemblo al despedirme.

Decirle “te quiero”

acaso no le diría nada.

Hay dos libros clave para entender su obra, poética: ‘Mester de hotelería’ y ‘Nuevo mester de hotelería’, que son los que condensan su quehacer poético, porque conocía muy bien el mundo de los hoteles, de los prostíbulos y ahí reúne frases muy elocuentes con un uso del lenguaje que no cualquiera podría hacer.

Arturo Trejo Villafuerte, no se estudia en ninguna clase de poesía, ni de Literatura Mexicana del siglo XX, mucho menos, en la Facultad de Filosofía y Letras, donde no era un desconocido para los estudiantes de literatura mexicana, algunos de cuáles formaron parte de la ASAMBLEA DE POETAS JOVENES DE MEXICO, editada por Zaid, Gabriel; en la editorial Siglo XXI, donde también él fue incluido.

Como editor, fundo la Maquina Eléctrica, y As de corazones rotos, editoriales que en su momento, fueron un vehículo para la irrupción de la poesía transgresora de los setenta.

Responsable de la colección de libros Los Cincuenta, Conaculta; la colección “Los Cincuenta” que se merecían los poetas, narradores y ensayistas de dicha generación y que vio la luz gracias al apoyo de Eduardo Langagne y del Conaculta. Ahí está José Revueltas, el de ayer, de Vicente Francisco Torres, y otras joyas literarias. Por esas andanzas editoriales (lo mismo hizo en la Universidad Autónoma de Chapingo y en la Universidad Autónoma Metropolitana). También editó libros para el gobierno de Hidalgo y del Instituto Hidalguense de Cultura.