Hurgar con catalejos
Amado Aurelio Pérez
PERRAS DE RESERVA CUENTOS
Dahlia de la Cerda
Según Monique Wittig (años 70-80), tanto las diferencias sexuales como las de género se crean dentro de un sistema económico, político y social determinados, que producen un discurso creador de identidades sexuales aceptadas como las normales o naturales frente a las otras sexualidades, que se convierten en perversas, inmorales o innaturales patológicas.
Wittig concebiría el sexo (hombre-mujer) como una consecuencia de las relaciones de poder (…)
El género, y la teoría literaria feminista, permiten así un acercamiento a lo social a partir del análisis de los textos literarios, aunque debe tomarse en cuenta que en el proceso puede perderse de vista la dimensión artística que caracteriza a la literatura, Por ello, es imprescindible que, en el acercamiento desde el género, no se dejen de lado elementos importantes tanto en la construcción de sentido, como en la producción de una experiencia estética.
En este sentido, para un número importante de feministas, la de género es una categoría central en tanto contribuye a explicar el funcionamiento del sistema que coloca a mujeres y sujetos feminizados en posiciones de subordinación política, social y económica con respecto a los varones.
En México, los antecedentes de estos procesos de institucionalización se encuentran en la Universidad Nacional Autónoma de México con el curso dictado por la escritora y activista feminista Alaíde Foppa en la década de 1980 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, el Programa de Posgrado en Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma Metropolitana y la creación, en la década de 1990, del Programa Universitario de Estudios de Género en la UNAM, dirigido por la filósofa Graciela Hierro.
El problema con esta línea de pensamiento es que, según Judith Butler tiene un carácter normativo sobre lo que significa ser mujer, pues insinúa que hay formas correctas e incorrectas de ser mujer. Esto, a su vez, revela un ejercicio de poder sobre quién decide cuáles son esas formas. Dice Butler que el género no es una identidad estable ni similar para todas las personas, sino una repetición continua de performatividades.
Leer PERRAS DE RESERVA, de Dahlia de la Cerda, te conduce a una pregunta que divide opiniones, no solo a las mujeres; marca una polarización entre quienes pretenden frenar la violencia que envuelve al país, y aquellos que con números fríos afirman que las cifras de violencia y feminicidios no mienten.
Se estigmatiza principalmente la violencia, y fundamentalmente la violencia que sufren las mujeres en México, provoca, a lo largo de trece cuentos, que te enganches como si el siguiente relato te fuera a dar más datos, o a contar más sobre historias o personajes anteriores.
El término feminidad buchona, se acuña a partir del uso de tres categorías analíticas:
1) imaginario de la feminidad,
2) la coproducción narco estética
3) el consumo y producción de capital erótico.
El contexto donde esta feminidad es un símbolo de éxito es en la narcocultura mexicana, en lo que la filósofa mexicana Sayak Valencia ha denominado Capitalismo Gore.
Gracias al lenguaje coloquial que utiliza, termina por ser testimonio de una herida abierta.