Hurgar con catalejos

Hurgar con catalejos

Amado Aurelio Pérez

1990aapc@gmail.com

APARICIONES, CON PROLOGO DE DIAMELA ELTIT

XX PREMIO NACIONAL DE CUENTO AGUSTIN YÀÑEZ.

 

En las coordenadas de la literatura de experimentación, bajo la convicción de pensar como posible lo inaudito, José Manuel Mateo obtuvo el XX premio nacional de cuento Agustín Yáñez 2023, con el libro: Apariciones.

Reflexión teórica, sobre la ficcionalidad y la forma narrativa, que cobra sentido dentro del sistema de la dicotomía logos – cultura, el espacio de recuperación del individuo que ha sido olvidado y marginado por la historia. El lenguaje que ocupa el autor José Manuel Mateo aparece como aquel capaz de recobrar los orígenes al permitir revivir el recuerdo una y otra vez, nos remite a la estructura del mito del eterno retorno.

“Apariciones es un libro que explora otras formas de decir el mundo y de practicar el relato, arriesgando una escritura compleja, juegos de sintaxis y pliegues del lenguaje, desmarcándose de la narrativa tradicional”, explicó el jurado, integrado por Vivian Abenchuchan Cano, Ileana De Jesús Garma Estrella y Juan Fernando Covarrubias Pérez.

El arte se ha convertido, así, en una de las vías privilegiadas para que la filosofía transite tras la crisis de la razón. alerta para el pensar, en la medida en que el camino recorrido por la filosofía moderna y su idea de razón dejaba de lado uno de los ámbitos en los que más originariamente nos hemos expresado y hallado. El pensar debe pensar el arte, tal parece ser la consigna; para lograrlo, el pensar ha de transformarse y abarcar aquellos ámbitos que habían permanecido en los “márgenes de la filosofía”.

La verdad no sería, así, sino una prenda de orden que cambia según la apertura del mundo.

Ya Nietzsche decía que las verdades son ilusiones, posiciones de la voluntad de poder, y Heidegger ya sostenía que toda palabra es ontológicamente verdadera. En todo caso, la verdad depende, o mejor dicho, el discurso verdadero lo es en atención a su capacidad y fiabilidad para decir el mundo, el cual, en tanto aparezca como “lo otro”, sería el punto que mida la adecuación.

Primero, porque aparece en una época en que el concepto de ficción se está redefiniendo y se está convirtiendo en rasgo esencial de lo que hemos acabado por llamar narrativa.  Pero no es una novedad, ya desde tiempos del retorno cíclico de cuasi muertes y cuasi-resurrecciones: el caballero corre grave peligro de morir a causa de combates, tormentas, accidentes, penas de amor, encantamientos; no rara vez se le llora como muerto; pero siempre, o casi siempre, se sobrepone y retorna a la vida.

Este es el dinamismo básico de la serie de los Amadises, según la versión que dan Rodríguez de Montalvo y Feliciano de Silva, un dinamismo que se proyecta indefinidamente hacia el futuro porque los encantamientos de Urganda la Desconocida liberan a Amadís de Gaula y a muchos otros personajes de la necesidad de envejecer; es decir, no solamente escapan a la muerte accidental sino también a la natural. La misma configuración tiene Tirante el Blanco, con la diferencia de que el último asalto es mortífero: el caballero sucumbe al repentino dolor de costado.

El desarrollo del relato muestra que mientras el mundo material representa el transcurrir de la vida con los símbolos de la medida cronológica y, por eso, le parece que la vida natural tiene un principio y un fin, el espíritu vive siempre un devenir infinito porque, siendo parte del Absoluto, asiste, en lo profundo, a su desarrollo continuo e imperecedero, incomparablemente más extenso que su momentánea realización biológica.