Identifican colonias de la metrópoli con mayor número de asesinatos

Guadalajara, Jalisco.- De los 988 homicidios que se cometieron el año pasado dentro de los seis municipios que conforman el área metropolitana, la mayoría se registraron en San Pedro Tlaquepaque, específicamente, en las colonias, Francisco I. Madero con 31 casos; Nueva Santa María, 20; y El Vergel y Las Juntas con 13, cada una.

En Guadalajara, las colonias que tuvieron mayor número de asesinatos fueron Oblatos y Heliodoro Hernández Loza con 11 y 8 casos, respectivamente; mientras que en Zapopan la colonia Constitución registró 10 casos.

Estos datos surgieron de la investigación Geografía del Homicidio en el área Metropolitana de Guadalajara que realizaron los académicos del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Guillermo González Pérez y Antonio Reyna Sevilla, al realizar un análisis comparativo entre 2013 y 2018.

Asesinatos partidero guadalajara
Antonio Sevilla (micrófono) y Guillermo Gonzàlez. Foto: Gloria Reza.

El estudio también refleja que en 2018, los municipios que registraron el mayor número de homicidios, en orden descendente son Guadalajara, Tlaquepaque, Zapopan, Tlajomulco, Tonalá y El Salto, además que el total de asesinatos se registró en 417 colonias.

En lo particular, en 2018, Tlajomulco tuvo la mayor tasa de mortalidad con 50.7 homicidios por cada 100 mil habitantes. Si el desglose es por colonia, El Mante, ubicada en Zapopan, ocupa el lugar número uno al registrar mil 813 homicidios por cada 100 mil habitantes, y la de menor casos de asesinatos, es Santa Cruz de las Flores, que se encuentra en Tlajomulco, con 3.8.

De las 988 víctimas, 901 fueron hombres y el resto mujeres, esto significa que por cada fémina que perdió la vida, 10.3 eran masculinos.

Otro dato que develó la investigación es que los 465 homicidios que se registraron en 2013, dentro de la zona metropolitana, fueron en el centro y noreste de Guadalajara, y en el norte y suroeste de Zapopan donde se concentraron más casos.

Mientras que el año pasado, fueron en el noreste, centro y sur Guadalajara, así como sus límites con  San Pedro Tlaquepaque donde se registraron la mayor cantidad de asesinatos.

Si se toma en cuenta la tasa de homicidios, se detectó que de 2013 a 2018 hubo 57 colonias en las cuales la mortalidad se mantuvo, en 158 la tasa disminuyó y en 333 colonias aumentó. Esto implica que en 548 colonias se concentró la mortalidad por homicidios en ambos años.

De acuerdo con los investigadores de la UdeG, los resultados “sugieren que persisten altos niveles de mortalidad por homicidios en los municipios del área metropolitana de Guadalajara; algunas colonias registraron tasas tan altas como las que han caracterizado a Brasil, Colombia, El Salvador, entre otros”.

El investigador Reyna Sevilla precisó que estar en zonas adyacentes de alta marginalidad “no es un factor de riesgo determinante (para ser asesinado), como se ha documentado, sino más bien, las interacciones de aquellas características que prevalecen en ese contexto de marginación son las que podrían incrementan el riesgo de ser asesinado o incluso de cometer homicidio”.

En tanto, González Pérez comentó que al identificarse las colonias y extensión territorial, las políticas públicas se pueden focalizar a prevenir y reducir la incidencia de homicidios donde existe un mayor riesgo de ser asesinado.

En 2013, fueron 465 homicidios (411 hombres y 54 mujeres, esto implica que por cada fémina, hubo 7.6 víctimas masculinas), que sucedieron en su mayoría en Zapopan, Guadalajara, Tlaquepaque, Tlajomulco, Tonalá y El Salto.

La tasa de mortalidad fue mayor en Zapopan con 34.8 homicidios por cada 100 mil habitantes, y el total de privaciones de la vida se registró en 288 colonias.

Hace seis años, las colonias con más homicidios fueron Paraísos del Colli, 10 casos; Constitución, 9; Santa Margarita y Atemajac del Valle, 6 en cada una, todas ubicadas en Zapopan; de Guadalajara fueron Oblatos, 6; y La Penal, 5.

La metodología para recolectar los datos fue revisar notas de prensa escrita y redes sociales donde ocurrió la agresión, no la muerte.