Australia.-Desde el mes de abril ya había advertencias acerca del clima; pocas lluvias, temperaturas muy altas y la poca preocupación del primer ministro Scott Morrison, quien niega que el cambio climático existe. Los incendios forestales han abarcado una extensión de cinco millones de kilómetros cuadrados.
Desde agosto se han incendiado cinco millones de hectáreas en Nueva Gales del Sur, Queensland y otras regiones más. La zona ha tenido entre 75 y 150 incendios simultáneos. Ahora ya no son solo los granjeros y habitantes de las zonas rurales quienes deben preocuparse. Los habitantes de la ciudad también se han visto afectados por el humo y las cenizas, además de que algunas zonas residenciales pueden llegar a quemarse también.
This is quickly turning into an #HumanitarianCrisis and where are the leaders.#Tiredearth #ClimateChange #ClimateEmergency #AustralianFires #AustraliaBurns #AUSTRALIANBUSHFIRES #AustraliaBurning #Australia #australiaisburning #Australien@GretaThunberg @GreenpeaceUK pic.twitter.com/EaxBH0Dx2A
— Rebecca Herbert (@RebeccaH2020) January 2, 2020
El 2019 ha sido el año que menos ha llovido desde que se tiene registro y las temperaturas llegaron a números record. A esto se le suma que en Australia el verano apenas está iniciando y se pronostica que hará aún más calor, habrás más sequía y vientos fuertes. Lo que el fuego ha consumido principalmente es la madera, seguido por la hierba.
Para tener una idea de la magnitud del problema, el fuego del Amazonas ocurrido en el 2019 consumió 900 mil hectáreas. Una quinta parte de la reserva natural australiana “Las Montañas Azules”quedó destruída, y se teme que una cuarta parte de las especies de eucalipto esté en peligro de extinción. Las llamas han alcanzado una altura de 70m y por lo menos mil koalas han muerto. Incluso los científicos los han clasificado como vulnerable.
El Servicio Rural de Incendios de Nueva Gales del Sur emitió la siguiente alerta el domingo 15 de diciembre del 2019: “es demasiado tarde para marcharse. Busquen albergues mientras el fuego se acerca. Protéjanse del calor del fuego”. Según las autoridades locales, los incendios han dejado desde su inicio en agosto, nueve personas muertas, una desaparecida y más de 3 mil casa y construcciones dañadas.
Our Prime Minister, forcing a handshake on a woman for the cameras, and then walking away as she begs him to do his job and help our volunteer firefighters.#AustraliaBurning #AUSTRALIANBUSHFIRES #dismisstheprimeminister pic.twitter.com/f9pPnoMGx6
— Tom Taylor (@TomTaylorMade) January 2, 2020
Australia.-Ese mismo día en Perth, capital de Australia Occidental, la cual está a cinco horas en avión de Sidney, las autoridades de la zona y los voluntarios lograron evitar que el fuego se extendiera hacia la parte norte de la ciudad. El bajo número de población de toda Australia hace imposible que todo el territorio esté cubierto por voluntarios permanentes. El Servicio Rural de Incendios se apoya principalmente en ellos.
Además de que los voluntarios no han podido descansar; hasta han dejado su trabajo del lado para seguir apoyando, pero el gobierno no los ha apoyado económicamente y algunos de ellos han resultado heridos por ejemplo con quemaduras en la cara y vías respiratorias.
A pesar de que los voluntarios han sido reconocidos por su trabajo, el gobierno ha sido tachado de deshonesto. Un ejemplo es el martes 10 de diciembre cuando Scott Morrison, primer ministro de Australia, rechazó que el Servicio de Incendios estaba sumamente presionado. Al respecto comentó: “de hecho, estos equipos sí están cansados, pero también quieren estar allí defendiendo sus comunidades. Y les agradezco lo que están haciendo”, desde Hawai donde estaba vacacionando.
Hubo diversas críticas en su contra por medio de redes sociales. En Twitter la periodista y académica Meraiah Foley dijo en su cuenta: “la gente en las comunidades rurales no se abandona, nadie QUIERE estar allí”. También la investigadora Celia Green comentó a través de su cuenta: “el primer ministro necesita una política climática creíble. Es demasiado peligroso seguir fingiendo que tiene una”.
Greg Mullins, excomisionado de Incendios y Rescate de Nueva Gales del Sur, le dijo al diario The Sydney Morning Herald que personalmente le envió cartas a Morrison para informarle sobre las malas condiciones climáticas y que hacía falta tener una reunión urgente sobre como combatir el fuego y tomar medidas respecto al calentamiento global. Fue ignorado.
Debido a que no obtuvo respuesta alguna, Mullins decidió juntarse con 28 de sus excolegas para formar el grupo Líderes de Emergencias para la Acción Climática, que a inicios del mes volvió a solicitar una reunión con los líderes políticos, pero una vez más fue ignorado.
“Fires near me” es una aplicación creada con el fin de conocer cual es el estado de los incendios. El martes 17 de diciembre se registró el récord histórico de temperatura para dicho mes, con 48 grados en Oodnadatta y Port Augusta y un promedio de 40.9 grados para el resto del país. Al día siguiente subió a 41.9 grados, y se estima que en algunos lugares superará los 50 grados.
Los incendios ya provocaron 250 millones de toneladas de dióxido de carbono, la mitad de lo que todo el país emitió en el 2018.
“Después de nuestra petulancia, viene un razonamiento estoico, paciente. Es bueno que nos den esta llamada de atención. Y se va a acabar pronto”, escribió la novelista Charlotte Wood. “Pero eso fue hace semanas y la paciencia ha sido reemplazada por un pavor severo, creciente. Un temor de que no se va a acabar pronto, o nunca. Se siente como el karma. Sobre esto es lo que los científicos nos habían advertido, sobre lo que nos habían rogado que pensáramos todos estos años. Ya está aquí. Y se va a poner peor”.
Con información de Proceso