Jalisco: el infierno

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Francisco Jiménez Reynoso*

Jalisco, la puerta del infierno. En el afán de querer convencer a la sociedad de que en Jalisco no pasa nada, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez vive la negación a la cruel realidad que enfrentamos los jaliscienses.

Primero, la epidemia por dengue en donde se ubica a cientos de universitarios afectados por un mal que desde hace semanas debió de convocar al Comité Epidemiológico y que irresponsablemente se demoró en fumigar, pero la autoridad estatal prefirió mantenerse sumida en el autismo que caracteriza a la presente administración.

En torno a la crisis forense que se vive en Jalisco, hay que destacar el amparo otorgado por el juez noveno de distrito en materia administrativa, en favor de los derechos de una empleada del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, a quien se le pretende ver como la responsable de la extensión de la crisis forense en Lagos de Moreno. El antecedente es que hace algunas semanas un perro burló todos los dispositivos de seguridad, ingresando al interior de Ciencias Forenses. de donde al parecer extrajo una extremidad corporal, con la finalidad de saciar su hambre… Ese es el nivel de profesionalismo que caracteriza a la presente administración.

Diferentes voces en nuestra entidad se han levantado para advertir la gravedad de la crisis que se vive. No se trata de voces anónimas, no se trata de pretender desestabilizar las instituciones, que ya se encuentran desestabilizadas por las manoseadas de colores de partidos políticos. Por el contrario, por enésima ocasión se advierte sobre la condición de inestabilidad con que operan organismos de ciencias forenses, en donde en forma valiente, su exdirector estatal, Luis Octavio Cotero Bernal, lejos de salir corriendo y a pesar de la desaparición de uno de sus familiares, y algunos señalamientos vertidos por la Comisión Estatal de Derechos Humanos -de forma parcial e injusta- ha denunciado la forma en que el gobierno del estado, desde los más altos niveles, manoseó, y lo sigue haciendo en forma imprudente, el trabajo profesional que debe estar sujeto a la labor de peritos y expertos en la materia para la que fueron contratados.

La inseguridad en el estado de Jalisco es grave. En mi opinión, estamos viviendo una crisis humanitaria en nuestra entidad sin precedente alguno. Cementerios, fosas (terrestres y hasta acuáticas), así como pozos clandestinos albergando decenas de descuartizados (el hallazgo en La Primavera, municipio de Zapopan), se han multiplicado en nuestra entidad.

Gradualmente se fueron acercando las fosas y cementerios clandestinas a la zona metropolitana, desde las fosas del terror encontradas en el municipio de la Barca, en el que se encontró a 75 cuerpos en el año 2012, hasta los panteones clandestinos encontradas en casas particulares en la colonia Santa Elena en el municipio de Guadalajara, a un par de kilómetros de la presidencia municipal de Guadalajara y Palacio de Gobierno (despacho del gobernador), hasta encontrar el “pozo” en La Primavera, donde se encontraron 119 bolsas negras con pedazos del cuerpo humano en su interior.

Lo que ya fue el colmo para las autoridades fue que en el municipio de Tala dejaron 17 bolsas negras, al pie de carretera. Lo anterior contrasta con el discurso gubernamental, pues para el gobernador (en seguridad vamos bien) resultaba cómodo culpar de todos los males a las autoridades de la administración pasada.

Y por si fuera poco, el dengue. Pues ya estamos hablando de una alerta epidemiológica. Veamos las siguientes estadísticas de los municipios con más casos de dengue: Guadalajara con 1,227, Zapopan 547, Tonala 313 y Tlaquepaque con 228.

En Jalisco, la autoridad está rebasada, se niega a reconocer la grave situación de inseguridad en la que estamos inmersos. Tan solo en el presente mes de septiembre fueron violadas cuatro estudiantes de la Universidad de Guadalajara. Antes de esto, una alumna de la preparatoria número 1 de la máxima casa de estudios de Jalisco iba a correr la misma suerte. Los robos y ataques a nuestros jóvenes estudiantes, no cesan, si no todo lo contrario van a la alza…

En Jalisco, las puertas del Infierno se abren para un joven que podría estar ligado al crimen organizado, o sin estarlo, y que es víctima de un levantón, tortura, asesinato y en ocasiones desmembramiento de las partes de su cuerpo.

Esta es una de las entradas al infierno, la otra es cuando la familia empieza un peregrinar entre instituciones estatales, Ciencias Forenses, Fiscalía del Estado o la necesidad de acudir directamente a los cementerios, además de fosas terrestres, fosas acuáticas y pozos. Todo esto ante la ineptitud de las autoridades que están, por lejos, rebasadas desde hace tiempo.

 

*Doctor en derecho, integrante del Observatorio de Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara.

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