Ciudad de México.- La periodista Anabel Hernández, quien a través de sus investigaciones ha documentado el mundo del narcotráfico, reveló que Édgar Valdez Villareal, capo de la droga del clan de los Beltrán Leyva, fungió, entre 2008 y 2010, como informante del gobierno estadounidense, principalmente al mando de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con documentos confidenciales a los que Hernández tuvo acceso, mientras la Barbie ordenaba envíos de droga a Estados Unidos y comandaba ejércitos de sicarios, colaboraba con ambas agencias extranjeras, dándoles información fehaciente sobre los sobornos que pagaba, a cambio de protección e impunidad, a las autoridades mexicanas, entre las que se encontraba García Luna.
“En un documento judicial que obra en la Corte de Distrito Norte en Atlanta, Georgia, se revela que de 2008 a 2010 el narcotraficante dio información sensible a la oficina de la DEA, en San Antonio, Texas, del FBI, en McAllen, y a las oficinas del FBI ubicadas en la embajada de Estados Unidos en México a través de una tercera persona”, apunta la información, replicada por Aristegui Noticias.
“El documento data del 2018, cuando fue la audiencia en la que se expusieron los argumentos de la Fiscalía y de la defensa para determinar la cantidad de años de sentencia a los que podía ser condenado Valdez Villarreal. La parte más sustanciosa y sensible del documento fue clasificada durante dos años, manteniéndola en reserva, hasta los primeros meses del 2020.
“En la cooperación de La Barbie con el gobierno americano, éste reveló la corrupción de altos funcionarios del gobierno de México y de cómo éstos compartían información sensible con el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Los Beltrán Leyva, entre otros.
“Fue testigo que oficiales corruptos del gobierno de Felipe Calderón entregaron al Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva la identidad, fotografía y ubicación de agentes de la DEA que trabajaban encubiertos en diversas partes del territorio mexicano, poniendo en riesgo sus vidas. En el documento el gobierno americano reconoce que esa información ayudó a proteger la vida de sus agentes”, abunda.
La cooperación de la Barbie y el gobierno de Estados Unidos habría concluido ─de la manera en que se había llevado a cabo hasta entonces─ en agosto de 2010, cuando el narcotraficante fue apresado por la Policía Federal, en el Estado de México. Cinco años fue extraditado al vecino país del norte.
La aparición del documento, que califica la información otorgada por Valdez Villareal como “veraz”, da sustento a la carta que en 2012 el capo envió a Anabel Hernández, en la que aseguró haber entregado millonarios sobornos a Genaro García Luna, y su amplio grupo de policías corruptos encabezado por Luis Cárdenas Palomino, Facundo Rosas Rosas, Armando Espinosa de Benito, Eduardo Ramón Pequeño, Edgar Eusebio Millán, Francisco Javier Garza Palacios y Gerardo Garay Cadena.
Es decir, la Barbie fue testigo presencial de la corrupción política y policial implantada durante el sexenio de Calderón.
En la misiva publicada el 28 de noviembre de 2012 en el periódico Reforma, Valdez Villarreal afirmó que el propio presidente Felipe Calderón encabezaba reuniones con narcotraficantes. Dicha información habría sido compartida con las autoridades de Estados Unidos.
