Por José Díaz Betancourt
Sin duda, los antiguos administradores y técnicos del SIAPA —organismo creado en 1978, durante la administración de Flavio Romero de Velasco— formaron una cofradía impenetrable en tiempos en que la participación ciudadana estaba cooptada. Sin embargo, en contraste, eran sumamente eficientes y responsables en la distribución y calidad del agua en la ciudad.
Fueron llamados en su momento “los señores del agua”, y no se recuerdan, en las administraciones posteriores a la de Matute Remus —primer director del SIAPA—, escándalos como los que el organismo ha protagonizado desde principios de los años noventa a la fecha. Ha sufrido un paulatino desmantelamiento técnico, donde lo de menos son los recursos despilfarrados; lo verdaderamente grave es el impacto en la salud de las personas, cuyas consecuencias aún no alcanzamos a dimensionar tras meses de consumir un líquido que no es vital, sino peligroso.
Pilón
La Línea 4 del Tren Eléctrico Urbano ya transita… sí, pero por la ruta de las promesas incumplidas: retrasos en su entrega, costos adicionales que ya suman mil 200 millones de pesos y una posible operación pospuesta para la temporada de posadas. Veremos.