La Escamocha | Desidia

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Por José Díaz Betancourt. 

 

Jalisco soporta una fuerte carga de silencio. No es solo el luto por una cantidad inédita de desapariciones y hallazgos en fosas clandestinas y mortuorias —la mayor cantidad en el país— lo que nos obliga a guardar un respetuoso silencio, sino también la desesperante desidia de quienes tienen responsabilidades directas o informativas sobre sucesos trágicos que, al volverse cotidianos, son tratados con desgano.

Mientras un comando atacaba un convoy de la Guardia Nacional en los límites estatales, en medio de la crisis de Teuchitlán, el largo puente vacacional transcurre lento y plácido para gobernantes y, en su mayoría, medios de comunicación.

Pausa. Eso parecen decir quienes juegan a las coberturas e investigaciones, porque nada se puede hacer más que contar una y otra vez los vestigios en las fosas o esperar a que recojan los restos de los caídos en la última emboscada, mientras el fuego de los vehículos quemados se apaga solo, poco a poco, en la carretera.

El debate sobre la jurisdicción federal o estatal se convierte en una graciosa huida de responsabilidades que, lejos de brindar certezas a los ciudadanos, los sumerge en un mar de dudas donde solo flota la impunidad.

Jalisco soporta una fuerte carga de silencio.

Pilón

Ya se cocina a fuego lento —o quizá a una acelerada decisión en fast track, como dicen los diputados— un nuevo aumento a las tarifas del SIAPA.