Viernes 27 de octubre de 2023.- De considerarse sin duda el modelo tecnológico y logístico de las cámaras de vigilancia instaladas para checar vehículos, personas, edificios, casas, en fin, movimientos totales para tener todo, si todo, absolutamente bajo control.

No, no me refiero al C5 donde se han invertido, aunque más parece bien gastado, cientos de millones de pesos en los últimos años y que muy poco aportan a la seguridad metropolitana.

No, que va, estoy citando los casos de Teocaltiche y Encarnación de Díaz, popularmente conocido como La Chona, dónde decenas de cámaras y un sofisticado centro de control que si da resultados, se instaló en esas poblaciones alteñas.

Para nadie escapa que muchos más sistemas de vigilancia de esa capacidad y exuberante tecnología se han radicado en diversas poblaciones de Los Altos Norte de Jalisco y es obvio que en otras muchas poblaciones del interior del estado debe ser así.

Cuando se explica que la industria delictiva crea demasiados empleos, hay que creerlo, pues una persona puede estar a cargo de unas diez cámaras, pero para tres turnos se requiere aún más personal sin contar el de “pie a tierra” conocido como “halcones” y otras figuras delictivas con las que se opera la defensa de un cártel contra otro.

La demanda de insumos para esta estrategia de video vigilancia y el acoso de los grupos delictivos a los expertos en esta materia es más que evidente y a algunos les ha costado la vida o simplemente ya no los encuentran sus familiares engrosando la tragedia de las desapariciones.

Pilón
Respetuosamente nos preguntamos los sufridos usuarios del Valle de Atemajac si las fugas, socavones, inundaciones, escasez, aguas chocolatosas, corrupción galopante, cargos apócrifos, tandeos, pipas gratuitas que cobran y otros encantos tendrán remedio, descuento o se suprimirán en la próxima Ley de Ingresos que autoriza el Congreso a cobrar más al Siapa el próximo año.