José Díaz Betancourt
Viernes 11 de agosto de 2023.- La reciente investigación de un partido político en relación con la opacidad del llamado Fondo Verde, fideicomiso que es receptáculo de los recursos del programa Verificación Responsable no solo deja ver la alta tasa de “sospechosismo” en torno al funcionamiento del destino de los recursos– supuestamente dirigidos a resarcir los grandes problemas ambientales de Jalisco- sino el fracaso parcial de este programa que a la fecha solo ha captado menos de la tercera parte de los vehículos obligados a verificar.
Una nota del diario El Informador publicada el 08 de agosto dice: “Según el calendario de las autoridades hasta el 31 de julio debieron cumplir, 1.6 millones de automotores cuyas placas terminan del uno al cinco. Sin embargo solo lo hicieron 426 mil 129 (26%).
Una cuenta somera nos daría aproximadamente 213 millones de pesos recaudados hasta ahora, pero eso no es lo más importante, sino la contaminación que presuntamente estarían produciendo los autos no verificados y el fracaso que conlleva el programa en conminar a los propietarios en cumplir con el trámite.
La suma de todo nos hace reflexionar si solicitar mediante una estrategia más inteligente y menos onerosa habría motivado a los millones de dueños de automotores a simplemente a afinar y reducir así los altos niveles de contaminación.
Es, decir a la antigüita porque con el modelo de negocio que es la Verificación Responsable solo el 15 por ciento de los 500 pesos del trámite se destina al Fondo Verde el 85 por ciento restante, unos 425 pesos se los llevan los concesionarios y operarios del programa.
Pilón
Añoranza fue lo que sintieron los tapatíos por aquellas pequeñas y eficientes empresas de gas locales que operaban en Guadalajara hace tres décadas ahora que el cártel del ramo, con todo y sus cilindros ordeñados, dejó de operar por algunos días en la metrópoli.