Por: José Díaz Betancourt
Típicamente cuando se trabaja con base al acierto y error y se tapa el hoyo después del niño ahogado, las autoridades municipales deben estar blindando el centro metropolitano para que no vuelva a ocurrir otro atropellamiento masivo en zona peatonal.
Más allá del diseño y la planeación, de la organización y la vigilancia esperamos que las autoridades municipales no solucionen este suceso que estuvo a punto de ser una tragedia de grandes proporciones con un nuevo pedido de bolardos, con lo que suelen paliar todo género de problemas en la metrópoli.
Aquí viene al tema la sugerencia nuevamente de que muchas tareas de la ciudad no se posterguen para que funcionarios y contratistas duerman plácidamente por las noches, pues el centro metropolitano puede abrirse por las madrugadas para que los proveedores surtan y el resto del día se puede cerrar para disfrute pleno de propios y visitantes.
Por el momento las nuevas autoridades municipales pagan peligrosas novatadas y pierden por dos a cero, si contamos la tórrida noche del 28 de octubre en Colinas de La Normal donde una multitud confundida de fervor, alcohol, violencia y sin vigilancia, puso de cabeza a la colonia celebrando a San Judas Tadeo.
Toneladas de basura, vialidades desquiciadas, ambulantaje sin control, ríos de cerveza, robos en viviendas, personas y vehículos, coronadas con la quema de un auto a poca distancia de la parroquia.
Bienvenidas, flamantes autoridades municipales.
Pilón
Pues ya se presentó el primer evento trágico sobre patín eléctrico en la metrópoli, la tasa de incremento global de este tipo de accidentes es de alrededor del 37 por ciento, lo que supone que quizá, para el año entrante tendremos más de tres decesos en la zona conurbada, por esta causa.
Con este fallecimiento queda oficialmente inaugurada la estadística de muertes y heridos por patín eléctrico en esta ciudad, que se agrega a la de motociclistas en pleno crecimiento.