José Díaz Betancourt
La incesante y retadora labor de abrir caminos y mantenerlos en buen funcionamiento en el interior del Estado es un pasivo de muchos años en una entidad que mantiene diversas regiones aún incomunicadas.
La agonizante administración estatal se ha destacado por las obras carreteras en municipios de Jalisco.
Pero también está gestión culminó los atropellos a la zona wixarika conocida como Paso del Oso, pues terminó de construir un camino entre Amatitlán y Huejuquilla, obra que inicio hace casi dos décadas, el tramo concreto de la zona ceremonial afectada es entre Tenzompa y Santa Catarina Cuexcomatitlán.
Ahí se destruyó el centro ceremonial en el 2007 tras de lo cual la comunidad interpuso distintos amparos que no fueron cumplidos.
Y así, tres gobernadores prometieron que no dañarían la reserva con la construcción, lo hicieron y además no compensaron.
Aunque los daños espirituales son invaluables la comunidad wixarika pide no más de 800 mil pesos para resarcir una parte de los daños.
¿Tomará posesión la nueva administración es decir, un cuarto mandato sin que se resuelva este pendiente con los indígenas?
O el Gobierno del Estado seguirá haciendo el oso, a causa del Paso del Oso?
Pilón
Pues se cumplió a cabalidad la violación del decreto de área natural protegida emitida por el Ayuntamiento de Guadalajara el 5 de junio de 1997 y si habrá edificios panorámicos a la orilla de la barranca, en el predio conocido como El disparate.