José Díaz Betancourt
Viernes 03 de marzo de 2023.- No estoy muy seguro si exista una suerte de auditoría de valores culturales de la ciudad para darnos una idea si el patrimonio, principalmente escultórico de los últimos años le ha agregado un valor elocuente a las calles de Guadalajara.
De primera mano para una significativa parte de la comunidad cultural de la ciudad lo ocurrido con las esculturas que desde hace unos siete años se han colocado son un timo, es decir, un engaño, un fraude.
Habrá que recordar que esta serie de expresiones inicia con la llamada figura “Sincretismo” a la que ahora los ciudadanos ya la ignoran tanto que dejó de ser controvertida.
Después, luego de varias asignaciones directas, a las que popularmente se les llama “dedazos” las figuras fueron encargadas a varios artistas con millonarios presupuestos para ser colocadas en diversos sitios desafortunados y sin aceptación social.
Una de las más costosas se encuentra en la avenida más rápida de la zona metropolitana donde nadie la aprecia so pena de sufrir un accidente y otra de ellas conocida por la gente como “la cabezota” es solo motivo de muchas fotos diarias pero nadie sabe de qué se trata.
Y así, en medio del despilfarro de casi 60 millones de pesos hasta la fecha, el abuso de autoridad y unos cuantos seguidores incondicionales, los ganones son los proveedores de chatarreras que se han llevado a pedazos estas expresiones de arte tapatío y a veces hasta estatuas completas antes de que podamos saber si han sido verdaderamente artísticas.
Pilón
Y los conductores tapatíos avezados en esquivar calles cerradas, toritas a la caza de borrachos y narcobloqueos, agregan a su expertis los nuevos operativos de verificación responsable en esta jungla vial.