José Díaz Betancourt
Viernes 9 de febrero de 2024.- A lo largo del año pasado 8 policías de Guadalajara fueron acusados de abuso de autoridad, a dos de ellos los despidieron, otro par fue separado y cuatro más, están vinculados a proceso, pero mientras tanto, trabajan en tareas administrativas para que no hagan más “dagas” en las calles.
No obstante estos apuntes administrativos y las cifras de percepción de inseguridad en el área metropolitana- a finales del año pasado casi ocho de cada diez ciudadanos manifestaron sentirse inseguros-lo que en realidad sentimos los tapatíos es miedo a los policías.
Y las denuncias administrativas o penales, así como las quejas ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDHJ) nos parecen una bicoca ante lo que pasa en la realidad de las calles.
El fin de semana pasado detuvieron a jóvenes que realizaban un mural de protesta en un sitio de gran aforo ciudadano, es decir donde todo mundo los vio y las formas de los oficiales no fueron prudentes, que puede uno esperar de las redadas que realizan en las colonias y barrios, donde más de una ocasión “se les ha pasado la mano” con consecuencias fatales.
Al día siguiente de lo ocurrido en la Rambla Cataluña, una patrulla de la policía de Guadalajara embistió una camioneta de una familia de comerciantes y mató a dos jovencitas, el tema, con toda frialdad “se turnó al departamento jurídico”, como ocurrió con el de una mujer que fue arrollada y muerta por un policía de motocicleta de Zapopan, cuyos hijos aún esperan una respuesta.
Parece que los policías metropolitanos solo son eficientes en tareas como cuidar las obras del parque San Rafael donde demostraron su prepotencia. Y su despliegue.
Pilón
Un reproche a la familia de Chuy Vicente que expropió un puente peatonal para celebrar un cumpleaños, no den ideas por favor, a consecuencia de ese exitoso huateque el Ayuntamiento ya estudia un plan de negocios para ofrecer los pasos peatonales como salones de fiestas y obtener así jugosas ganancias.