Debate Abierto
Criterios
Esta semana de finales del mes de julio ha sido una de las más difíciles para el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez; las decisiones de política pública que ha tomado le han generado un cúmulo de críticas, no sólo de la población, sino también de sus aliados políticos, como es el caso de María Elena Limón, presidenta municipal de San Pedro Tlaquepaque. Las críticas y cuestionamientos de la población muestran que a Alfaro ya se le agotó el capital político con el que arribó a la gubernatura del estado. La “luna de miel” que tenía con sus electores parece que ya concluyó.
El pasado miércoles 24 de julio, Alfaro anunció el incremento del precio del transporte público. El aumento es de 35.7%, pasa de siete a nueve pesos con cincuenta centavos. Este aumento será gradual, empieza con el sistema de transporte del gobierno del estado, Tren Ligero y Macrobús, y paulatinamente se irán incorporando las rutas de transporte que manejan empresas privadas, según el proyecto del gobierno, hasta que cada una vaya cumpliendo el objetivo de pasar del modelo hombre camión, al de ruta empresa. Para la población esta medida fue una puñalada a la economía de las familias ya que la mayoría de la población de la ciudad se transporta en transporte público.
De acuerdo a la Sexta Encuesta de Percepción Ciudadana, 2018 de Jalisco Cómo Vamos, 54.9% de la población del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) utiliza el camión o macrobús para trasladarse a su lugar de destino. Por otra parte, de acuerdo a una encuesta encargada por el gobierno del estado sobre el transporte público en el AMG en 2018, 68.1% de los usuarios utilizan una ruta para trasladarse, 26.7% utilizan dos rutas. Además, el gasto promedio diario en transporte fue de 15.97 pesos diarios, esto significa (suponiendo seis días laborables por semana) que la población usuaria gastaba 383.3 pesos al mes en 2018; ahora con el aumento al precio del boleto, el gasto promedio será de 520.1 pesos al mes. Esto sin duda, representa un golpe fuerte a la economía familiar.
Como si fuera parte de una estrategia para aminorar las críticas, el viernes 26 de julio, el gobierno de Jalisco anunció la firma de creación de la Policía Metropolitana, proyecto largamente anhelado por Alfaro. Al menos desde 2013, el ahora gobernador de Jalisco empezó a hablar de la creación de una policía metropolitana, con ese objetivo central se creó a fines de 2017 la Agencia Metropolitana de Seguridad (AMS). Este organismo se iba a encargar de diseñar, planear diversas acciones para mejorar la seguridad de los habitantes del AMG. Durante los dos primeros años, la AMS gastó más de 30 millones de pesos, la mayoría en sueldos y salarios, y su desempeño fue realmente gris: no aportó nada sustantivo para mejorar la seguridad de los habitantes. Ahora, en este marco, se crea la Policía Metropolitana.
Solamente ocho municipios firmaron el acuerdo de creación del organismo Público Descentralizado (OPD) que crea esta fuerza policial; a pesar de los esfuerzos de Alfaro y de su equipo de comunicación de que ésta fuera la nota principal, realmente la noticia la encabezó la alcaldesa de Tlaquepaque, María Elena Limón, quien lanzó fuertes críticas al diseño de este nuevo organismo. Tlaquepaque no le entra a la creación de la Policía Metropolitana; la alcaldesa critica que no era necesario una OPD, que Alfaro impuso su creación a todos los presidentes, que no hay claridad de cuántos recursos van aportar cada municipio.
Es decir, tanto la estrategia, como la comunicación del gobernador han sido deficientes en el anuncio de estas dos acciones de gobierno. La población percibe como una traición del gobernador el aumento del precio del transporte público. La estrategia de comunicación del gobierno del estado trata, sin éxito, de convencer de que este aumento es por el bien de los usuarios: la población no lo percibe así.
Por otra parte, la inseguridad en la ciudad es creciente, y la población no percibe que la creación de la Policía Metropolitana vaya a resolver el fenómeno creciente de inseguridad. Además, el anuncio de la policía metropolitana se vio forzado, apresurado, más bien con un objetivo de distraer a la población del aumento del precio de transporte, por ello es que la presidenta de Tlaquepaque no alcanzó a revisar el documento que formaliza la creación de la referida corporación.
En las redes sociales están golpeando fuerte al gobernador de Jalisco, esto como resultado de la represión que realizó la policía a los manifestantes que protestaban en el tren ligero. El gran error de Alfaro es atribuirle estas manifestaciones a grupos opositores organizados desde partidos políticos. Alfaro no alcanza a ver que estas manifestaciones son legítimas, la gente tiene derecho a estar molesta por lo que consideran una traición.
Alfaro perdió el piso, en sus declaraciones públicas y sus videos se le percibe irritado, lanza una gran cantidad de calificativos en contra de los manifestantes. Sus políticas y anuncios no logran convencer ni siquiera a sus correligionarios, y aun cuando las protestas disminuyan, todo esto abona cada vez más en la pérdida de legitimidad y confianza de los jaliscienses en su gobernador. Va a ser muy difícil que Alfaro logre recuperar la confianza ciudadana.