Las lecciones de Culiacán

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Debate Abierto

Criterios

 

Las Dudas

  • ¿Por qué el gobierno federal tardó cinco horas en informar a la nación sobre los actos de violencia y el terror que estaban viviendo la población de Culiacán? A las 14:45 horas del jueves 17 de octubre, supuestamente los militares empezaron el operativo para detener a Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, y hasta las 19:30 horas del mismo día salieron a dar una video conferencia, que realmente no eliminó las dudas que se tenía sobre el operativo.
  • ¿Por qué en la rueda de prensa que presentó el gabinete de seguridad al día siguiente, viernes 18 a las 7:30 horas, no disipó todas las dudas que se tenían sobre el operativo? No hubo precisión sobre el número de fallecidos y quiénes cometieron los errores, ¿es cierto que los altos mandos militares no fueron informados sobre el operativo?
  • ¿La detención de Ovidio Guzmán se dio por una revisión de rutina? Si era una revisión de rutina, ¿se necesitaba una orden de cateo? Si ya estaban dentro de la casa donde tenían detenido a Ovidio y además los soldados del Ejército ya estaban siendo agredidos, ¿todavía era necesario una orden de cateo que nunca llegó?
  • ¿Por qué Durazo no dijo qué mando del Ejército dio la orden para que sólo una treintena de militares cometieran la pifia de ir a detener al hijo del Chapo sin una planeación adecuada? ¿Por qué no se evaluaron los costos y riesgos de implementar un operativo de esas dimensiones en hora pico de la ciudad?

Los Errores

  • El frustrado intento del gobierno federal para detener a Ovidio Guzmán desnuda su incapacidad para implementar la orden de un juez federal en contra de uno de los integrantes del Cártel más antiguo y poderoso de México. Mostró que no hubo labor de inteligencia, coordinación entre autoridades, efectividad y estrategia de comunicación.
  • Ante una emergencia como la de Culiacán, el gobierno no puede ni debe tardar tanto tiempo en informar y orientar a la población sobre lo que está ocurriendo. Ante el vació de información oficial, se arman todo tipo de conjeturas e información falsa que ahondan la incertidumbre  y el pánico que vive la población.
  • Otro error fue deslindar al gobierno del estado de Sinaloa. Durante la muy breve conferencia donde Alfonso Durazo intenta explicar lo que había sucedido en Culiacán, fue evidente el silencio del gobernador Quirino Ordaz Coppel. Durante décadas, los sucesivos gobiernos emanados del PRI han dejado que crezca y se consoliden los cárteles de la droga en Sinaloa, hay muchas acciones de política que le corresponden al gobierno del estado y a los municipios para disminuir el problema de la delincuencia organizada.

 

Los Aciertos

  • El gabinete de seguridad asumió su error de forma pública, dio la cara ante los medios de comunicación. Una comparación con el pasado más reciente, muestra el contraste: antes nunca se informaba nada sobre los operativos militares, en los cuales eran frecuentas las ejecuciones extrajudiciales, la manipulación de los hechos, la desaparición de cadáveres, el ocultamiento de información y lo más delicado, el encubrimiento de policías federales y soldados que habían cometido un delito. Ahí están los casos de Tlatlaya (junio de 2014), Apatzingán (enero 2015), Tanhuato (mayo de 2015), entre muchos otros, donde sólo a través de las investigaciones periodísticas la población se enteraba de lo que realmente había ocurrido.
  • Ante la sucesión de errores que se cometieron ese jueves 17, un acierto fue detener la escalada de violencia que envolvía a Culiacán. La orden de liberar al hijo del Chapo, que seguramente vino de López Obrador ayudó a despresurizar la tensión que había en ese momento y evitó que los sicarios del cártel del Chapo, del Mayo Zambada y sus aliados, asesinaran a población civil y militares que ya tenían como rehenes.
  • Con otros gobiernos, Calderón o Peña Nieto, seguramente la orden hubiera sido detener a Ovidio Guzmán, sin detenerse a evaluar el daño colateral que iban a provocar.
  • El presidente, López Obrador, con su decisión de detener la masacre que seguramente hubiese pasado, le dio valor a su narrativa de que la violencia no se ataca con más violencia. Los hechos de Culiacán son sólo una batalla de una guerra de más largo plazo, que no inició en este gobierno, y que ha mostrado que la detención de grandes líderes de la mafia no detiene la violencia, al contrario, la exacerba.
  • El gobierno de AMLO tiene que afinar la estrategia contra del crimen organizado, los programas sociales, suponiendo bien diseñados y aplicados, son de efectos retardados. Ahora debe realizar labores de inteligencia, afinar la estrategia y sacarse la espina ahora sí con la detención del hijo del Chapo, Ovidio Guzmán. Veremos si lo logra.