El coordinador de “SOS cocodrilos” explica que el hábitat natural de los reptiles ha sido fragmentado, y por eso se ven desplazados al mar. Recomienda no acercárseles demasiado, no atacarlos ni tomarse la selfie con ellos.

Los cocodrilos que se han visto recientemente en el mar o en algunas playas de Puerto Vallarta y en otras de Nayarit, es porque fueron desplazados, aseguró en entrevista para Partidero Armando Rubio, coordinador del grupo “SOS cocodrilos” en el estado de Jalisco.

“Desplazados por otros cocodrilos por situaciones de territorio o (porque) las corrientes de agua fueron fuertes y los llevaron al océano; esa actividad la han realizado desde hace más de 200 millones de años”, dijo.

La relevancia que ha tenido dicha actividad es que ahora se magnifica a través de las redes sociales por “un video o una fotografía (que) la comparten y la comparten”.

El hábitat ideal de los cocodrilos son los esteros, y le siguen lagunas y ríos.

–¿Puerto Vallarta tiene territorio para los cocodrilos que son desplazados?

–Poco, pero sí. Desafortunadamente su hábitat ha sido fragmentado; hoy les queda un 10 por ciento de lo que se tenía en el año de 1900.

Autoridades permisivas u omisas, desarrolladores voraces y hasta consumidores de viviendas, hoteles y restaurantes son responsables de haber atentado contra la vida y el territorio de esos reptiles de gran tamaño.

“La población de los cocodrilos actualmente se encuentra vulnerable. Tenerlo estable ha sido muy difícil”, asegura el especialista.

Armando Rubio señala que no hay sobreproducción, pues se trata de la misma población del año 2000. “Un ejemplar adulto es un sobreviviente” de esos años, comenta.

Una hembra pone entre 30 y 40 huevos, y uno de cada mil nacimientos puede llegar a ser un adulto ya que cuando son bebés la mayoría son depredados por gavilanes, garzas, mapaches, tejones y hasta por gatos salvajes. “Es difícil que lleguen a ser adultos, pero no tenemos sobrepoblación y la movilización ha sido la misma desde que yo tengo memoria. Yo vivo en Puerto Vallarta desde hace 26 años y ha sido lo mismo, la diferencia son las redes sociales”, precisa.

Agrega que en todo Bahía de Banderas se tiene un inventario de 250 crocodylus acutus, de los cuales “40 son adultos, de dos a dos metros y medio; menos de dos metro son alrededor de 100, y el resto son chavalines, menos de un metro de largo”.

Ese reptil puede llegar a vivir hasta 70 año. Se trata una especie en riesgo y se encuentra bajo protección desde el 2010 con la norma 059 de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). En ella se establece que el cocodrilo no debe ser dañado, lastimado; se prohíbe su caza y/o captura, porque de hacerlo se comete un delito federal.

Los peligrosos son otros

De las especies del reino animal que llegan a picar o morder a un humano, el cocodrilo representa menos de uno por ciento. “Del 2006 a la fecha sólo hay 20 casos registrados de cocodrilos que han atacado a los humanos. Esa cantidad representa 1.6 por ciento al año. Picaduras de alacranes tenemos 60 mil, de abejas otros miles, mordeduras de serpientes otros tantos, de mordidas de perros tenemos muchísimos. Lo de los cocodrilos en la playa es amarillismo y espectacularidad”, sostiene Armando Rubio.

Agrega que 95 por ciento de los casos de personas que han sido mordidas por cocodrilos ha sido por la imprudencia de las mismas personas.

De los 20 casos registrados, tres murieron: en 2010 un pescador en Boca Negra “se arrojó al estero y dijo ‘voy con mis amigos los cocodrilos’; el 19 de agosto de 2017, abajo del puente del río Ameca, y el 3 de septiembre de este año, lamentablemente otra persona (pereció) en el mismo lugar del año pasado”.

En contraparte, de 2011 a la fecha 47 cocodrilos han sido victimados con violencia. “Estoy hablando que los mataron con piedras, machetes, hachas, motosierras, etcétera. En lo que va de 2018, cuatro cocodrilos han muerto de la mano del hombre. Por estos últimos casos hay cuatro denuncias ante la Fiscalía General del Estado de Jalisco (FGEJ) contra quien resulte responsable”.

–¿Y la gente se puede meter con tranquilidad a las playas?

–Sí, aunque tuvimos un incidente hace un par de semanas con una turista extranjera; ella desobedeció las indicaciones, había bandera roja. Ella lo reconoció y dijo: ‘nunca debí de haberme metido al mar, yo sentí que algo toqué, me tocó y me sujetó y fue cuando pedí auxilio’”, relata.

El incidente ocurrió el 26 de septiembre pasado en la zona de Marina Vallarta, que se ubica a un lado del río Ameca y de los esteros de Boca Negra y Boca de Tomates, en donde hay cocodrilos a menos de dos kilómetros. “Los ejemplares se movilizan, pero no buscando personas; ellos lanzan mordidas pero defensivas si se sienten atacados”, explica.

Insiste en que no hay invasión de cocodrilos, ya que ellos siempre han estado ahí. “Yo les digo: si quieres vivir o vacacionar en Puerto Vallarta o Bahía de Banderas, tienes que pagar la factura de respetar la flora y la fauna”.

En cuanto se descubre un ejemplar en la playa, se aplica el protocolo SOS cocodrilo nacional, que consiste en retirar a las personas del lugar y monitorear el curso del animal para reubicarlo en su hábitat.

Armando Rubio recomienda a la gente no acercarse a menos de 10 metros del cocodrilo, no atacarlo porque se defenderá. “Y por favor, no se tomen la selfie”, advierte.