Los ecos de Martha Pacheco

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Fernanda Matos

 

Guadalajara, Jalisco.-El Ex Convento del Carmen de Guadalajara presenta un conjunto de dibujos de Martha Pacheco titulado Ecos de la calle. Esta autora que dejó huella cuando penetró en los espacios prohibidos de la morgue y el hospital psiquiátrico, ahora abandona los lugares ocultos para voltear la mirada hacia el mundo habitado por los franeleros, los “viene, viene”, los limpia parabrisas, malabaristas y payasos callejeros. Si en etapas anteriores develó el universo oscuro de lo encubierto, ahora muestra a plena luz el acontecer de aquellos que se ganan la vida cuidando autos y los que realizan las más diversas actividades mientras el semáforo permanece en rojo.

Las escenas registradas por su cámara fotográfica se transforman y alcanzan nuevos significados al ser dibujadas por su mano. Las imágenes fijas son el medio para rebasar la realidad testimonial y reflejar la parte humana de esos personajes segregados de la sociedad que han sido parte integral de su lenguaje pictórico desde los inicios de su carrera. La exposición conformada por dibujos, monotipias, fotografías y cuadernillos, fechados entre 2015 y 2019, es un espejo de estos grupos ignorados a pesar de su presencia cotidiana en las calles de la ciudad.

El autorretrato, un género que acostumbra formar parte de sus series, aparece también en el conjunto, como una forma de afirmar su identificación con los seres que pueblan sus cuadros. Sin embargo, sorprende en esta ocasión, la aparición de un par de autorretratos modelados para su posterior vaciado en bronce, que a pesar de su pequeña dimensión reflejan la fuerza serena de su espíritu.

La muestra se complementa con un vídeo bellamente realizado por Gato de Lemuria, en el cual Pacheco habla acerca de su formación, su gusto por la escultura y los aspectos de su vida que han incidido en el desarrollo de su actividad creadora. Se trata de una exhibición bien lograda con un contenido de alta calidad, organizada por Luis Miguel Rodríguez en su efímero paso como director del recinto.

Por cierto, en el acto inaugural, mientras las autoridades hacían uso del micrófono,  Martha Pacheco, con la timidez y mesura que le caracterizan, permanecía casi invisible. Su nombre fue finalmente pronunciado. Fue entonces cuando el numeroso público congregado en el patio  – que oía sin escuchar los discursos – estalló en un prolongado aplauso en honor de una artista que sienten suya.

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