Los embates actuales contra AMLO

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Los embates actuales contra AMLO

Por Juan M. Negrete

12 de febrero de 2022.- Se escuchaba mucho decir, en las discusiones políticas de antaño, que nuestro país era problema de un solo hombre. La alusión al titular del poder ejecutivo en turno era más que obvia. Se decía que nuestros vecinos, los gringos, tan pragmáticos se esforzaban en ganarse y controlar al señor presidente en turno y ya habían hecho la tarea. Es cuestión de meterse a la literatura de tales recorridos teóricos para conocer semejante tesis, tan descabellada por cierto. Viene a la memoria el texto clásico de don Daniel Cosío Villegas: El estilo personal de gobernar. Su referente fue Luis Echeverría, presidente nacional a la sazón de la aparición de dicho texto.

Afirmaciones y constructos de dicha catadura nos ponían a todos sus lectores a hacer comparaciones entre Echeverría y sus antecesores en el puesto, Díaz Ordaz, López Mateos, Ruiz Cortines y más para atrás. Pero la tesis, aunque resultaba fácil de ejemplificar y hasta de ‘confirmar’ con alusiones concretas, no deja de ser una aseveración anodina y carente de vigor teórico. Meter a horcajadas en un solo costal la personalidad de un galán, así fuera lo más poderoso imaginable posible, con la compañía uniforme de otros cincuenta millones de ciudadanos (porque por ahí andaba la cifra de habitantes del país por aquellos años) era una tontería infame. Y lo sigue siendo.

Por las fechas que corren hablamos de una población como de 130 millones de mexicanos. Las horrorosas páginas del presidencialismo absoluto no se pueden suscribir, como lo hicieron los analistas en ese pasado referido. La presencia misma de actores políticos con cierto peso y ascendencia, opuestos a la línea abierta del Peje, contradiría de golpe semejantes afirmaciones totalizadoras y dogmáticas. Es decir, ahora buscamos vestir con el realismo objetivo tal tipo de proposiciones, para que sean tomadas en serio. Basta con señalar la existencia misma del grupo opositor PRIANRD para darle sustento teórico a la negación de tesis artificiales y sin sustento.

Habría que ir aún más lejos, si se trata de señalar disidencias dentro de nuestro extendido cuerpo social actual. Dentro del propio partido Morena, que llevó a AMLO al poder y que lo sostiene en él, hay grupos y voces no concordantes con su visible línea oficial de práctica política. Bastaría con señalar, por citar un solo ejemplo, al senador Ricardo Monreal quien pastorea al equipo morenista en dicha cámara, y concluir que no sólo hay desavenencias en el grupo y distintas formas de operar. Podría llevarnos hasta admitir que hay en él voluntades políticas encontradas. Entonces ¿Cuál AMLO absolutista y totalitario, cual nos lo pinta la derecha desatada?

Pero a sentarlo en el banquillo, nuestros analistas mostrencos, cargados con exceso en su intencionalidad política hacia los derroteros de la derecha, le buscan lunares y le cuelgan milagros esperpénticos a cuanto se pueda demeritar su figura de presidente. Ya le resulta hasta enfadoso al público en general estar ensayando a lavar a cada momento cuanta cara de hereje le cuelgan. AMLO mismo ensaya a defenderse a capa y espada. Saca recursos hasta de la chistera, como sacan conejos del sombrero los magos de las carpas. Pero el que tiene la palabra para ponerle un freno a este torrente de descalificaciones tan empachosas es el gran conglomerado nacional de ciudadanos, al que de paso descalifican los detractores cual si se tratara de menores de edad. Veremos el resultado de esta apuesta encontrada el día de la consulta por la revocación de mandato, el próximo diez de abril. ¿Cuál es su gallo, mi querido y abnegado lector? Esperemos vivirlo para verlo. Gracias.

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