La economía mexicana está enfrentando una de las peores crisis económicas en su historia. Sin embargo, a diferencia de las anteriores, desenvueltas durante las últimas cuatro décadas, ahora sí tenemos certeza de cuál es su origen y, por tanto, también sabemos cómo y cuándo saldremos de ella.
Es claro que la crisis actual ha sido provocada por la aparición de una pandemia de Covid-19, cuyo origen asiático se diseminó gradualmente por todo el mundo y llegó a México a finales de febrero de este año. Las características de la crisis sanitaria exigen que un paliativo para aminorar su contagio sea inducir el aislamiento masivo de la población, el cierre de todas las actividades productivas y comerciales y oficinas públicas no esenciales de todos los niveles de gobierno. Esto generó, obviamente, un parón productivo. Es decir, el Covid-19 provocó una contracción de oferta y de demanda.
La crisis actual tiene características muy particulares, ahora se manifestó principalmente por una fuerte caída del Producto Interno Bruto (PIB), de los niveles de empleo, de los ingresos y, por supuesto, en una disminución drástica de la inversión productiva. A diferencia, por ejemplo, de las crisis de 2008, 1994 o más lejana, de 1982, en esos casos se presentó todo lo anterior, pero además inflación galopante, aumento de las tasas de interés, fuerte inestabilidad cambiaria y un acelerado proceso de endeudamiento externo.
Además, es importante tomar en cuenta que la economía mundial ya se venía desacelerando desde 2018. El promedio de crecimiento de la economía mundial para ese año fue de 3.6% y en octubre de 2019, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaba que la economía crecería 3% ese año y se pronosticaba que para 2020 la economía mundial iniciaría su recuperación con 3.4%.
En octubre de 2019 el mundo no tenía idea de la aparición de una pandemia como la que estamos viviendo. Ahora los pronósticos del FMI (FMI), publicados el 27 de julio pasado, es que la economía mundial tendrá un crecimiento negativo de -8% promedio.
Aún cuando la causa de esta crisis se atribuyen a una pandemia, sus efectos son devastadores: caída del PIB que va del -4.6% (Hacienda) hasta -10.5% (FMI); se han perdido casi un millón de empleos formales, 990 mil (enero-junio) y el cierre de 500 mil empresas ( Comisión Económica para América Latina y el Caribe ).
Los efectos de más largo plazo son en la generación de nuevos pobres, el estudio más reciente del Consejo Nacional de Evaluación, publicado en mayo pasado, indican que para fines de este año habrá más de 10 millones de nuevos pobres en México. La disminución del PIB que México tendrá este año supera al de las crisis de 1994 y 1982 y solamente es superada por la caída del PIB que tuvo México en la gran crisis de la década de los 30, cuando cayó 14%.
Sin embargo, como se indicó, está crisis es diferente de otras porque ahora se ha mantenido la estabilidad cambiaria y de la tasa de inflación, además las tasas de interés han disminuido como parte de la estrategia para reactivar la inversión productiva; adicionalmente no se ha presentado un proceso de endeudamiento masivo ni fuga de capitales, fenómeno que se presentaron en las crisis de 2008 cuando gobernaba Felipe Calderón o la de 1994, con Ernesto Zedillo al frente del ejecutivo federal.
Por tanto, en términos cuantitativos la crisis está siendo muy severa, pero en términos cualitativos, tiene atenuantes porque no se han colapsado las finanzas públicas lo cual le permiten al gobierno tener un mayor grado de libertad para enfrentar esta coyuntura.
En cuanto al manejo de la crisis por parte del gobierno federal, es indudable que existen marcadas diferencias respectos a las anteriores. Como se dijo, no hay un proceso de endeudamiento, el manejo del tipo de cambio y tasas de interés ha sido adecuado, pero sobre todo, las transferencias de recursos públicos ahora ya no son a las élites empresariales, sino a los sectores poblacionales más vulnerables. Sin embargo, la principal crítica a este gobierno es que el monto total de recursos que está usando para apoyar a las empresas que están en situación crítica por la pandemia es muy bajo, algunos organismos como el FMI afirman que apenas rebasa el 1 como proporción del PIB, el segundo más bajo en A.L., muy por debajo de Perú que destina 12 o Brasil un poco más del 10% de su PIB.
La política que inició este gobierno desde su inicio para cobrar impuestos a los grandes contribuyentes y combatir la evasión fiscal, le permitió, sin saberlo, enfrentar con mayor fortaleza esta crisis provocada por la pandemia. Esta es una de las razones por las que México tiene actualmente unas finanzas públicas que le van a permitir sortear con estabilidad esta crisis.
México y el mundo están viviendo una situación inédita, la fuerte contracción de la economía tiene un causante bien identificado: la pandemia del Covid-19. Por tanto, la recuperación de la economía se presentará una vez que la pandemia empiece a disminuir. Las últimas cifras del desarrollo del Covid-19 en México muestran que la tasa de crecimiento diario, tanto de contagios como de fallecimientos ha mostrado una tendencia decreciente, ya es menor al 2% en las últimas semanas. Si continúa esa tendencia es probable una rápida recuperación del PIB en el cuarto trimestre de este año. Claro, siempre y cuando no haya rebrotes.
Las estadísticas del empleo formal muestran que la parte más baja de la crisis fue en mayo, incluso los últimos datos sobre comercio exterior muestran un rápido crecimiento de las exportaciones en el mes de junio de 76% respecto al mes previo, esto permitió un superávit comercial de más de 5 mil millones de dólares. Es previsible que la recuperación de la economía se presente a partir de junio, sin embargo la caída del PIB en el segundo trimestre va a ser histórica, ¡los pronósticos lo ubican en -14%!
Los economistas no podemos ni debemos evaluar el desempeño de una crisis económica sin tomar en cuenta la historia económica reciente, hay un pasado que determina la situación actual. Las malas decisiones de políticas económicas del pasado provocaron que ahora tengamos una economía muy vulnerable. Desde mi punto de visa, el gobierno actual está tratando de enfrentar esta crisis con todos los recursos que tiene disponible, más adelante, cuando haya pasado esta pandemia, habrá oportunidad de evaluar si tomó las mejores decisiones.