Luz del Mundo: del culto divino al del “apóstol” Naasón

Partidiario

Criterios

 

Habiendo conocido a muchos feligreses de la iglesia La Luz del Mundo, algunos de ellos amigos, estoy convencido de que la inmensa mayoría es gente noble, recta, creyente en lo que profesa.

El hecho de que por distintos supuestos delitos sexuales y tráfico de personas haya sido aprehendido en Los Ángeles, California, su líder, “El apóstol”, “El Intercesor” o “El Profeta”, “Hijo Predilecto del Altísimo” o como de tantas formas llamen a Naasón Joaquín García, el tercero de la sucesión de la dinastía de los Joaquín desde su fundación en 1926, no les quita mucho a los seguidores de buena fe, de convicción y fieles piadosos, que deben ser respetados como los de cualquier otra religión o creencia.

Salvo excepciones honorables, no me atrevería a decir lo mismo de quienes están en la cúspide de la “Iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad, La Luz del Mundo” (ILLM), su nombre completo.

Entre quienes dominan en esa iglesia, incluidos algunos de sus ministros, hay políticos y aspirantes a políticos que no están ahí por la búsqueda de la fe, del más allá, del Dios que quieren encontrar, sino para hacer fila con la posibilidad de enrolarse, de acomodarse, algún día, en el partido político que vean con más posibilidades de triunfo para alcanzar puestos de elección popular o cargos públicos, como ocurre en Jalisco y a nivel nacional.

Antes, cuando el escenario político era unipartidista, ahí estaban todos en el PRI, a la espera de la oportunidad o, mejor dicho, de la designación por parte del máximo dirigente. Hoy, cuando las cosas cambiaron, sobre todo desde los albores del nuevo milenio y lo que llevamos del mismo en que la democracia se ha consolidado y los partidos suben y bajan, es cuestión solamente de que le atinen y permanezcan en el pensamiento de su líder –que para obedecerlo a ciegas están–, aunque con lo recién ocurrido a Naasón, el curso de la historia de la Luz del Mundo puede cambiar.

Denuncias por abusos de esa misma índole se habían dado ya aquí desde tiempos del  abuelo Aarón y del padre de Naasón, Samuel Joaquín Flores. Nunca prosperaron. Se decía que por su poder económico y peso político, pues en su feligresía, concentrada en las colonias Hermosa Provincia y Bethel –al oriente de Guadalajara–, en donde se asentó dicha asociación religiosa y a la que el Ayuntamiento de la ciudad le donó 15 hectáreas y tenían los priistas la mejor reserva de votos, el voto duro siempre.

En lo que va de este siglo, con el arribo de la democracia, no pocos de los ministros de la ILLM y gente con inquietudes en la vida pública, han llegado o han sido infiltrados a todos los partidos políticos, y en unión con otras iglesias evangélicas crearon el efímero Partido Encuentro Social, independientemente de que su proselitismo religioso en sí no cesa, por lo que su crecimiento ha sido, si no exponencial, sí acelerado.

Sus relacionistas aseguran tener, en más de 50 países, 5 millones de fieles y se habla de ente 5 mil y 15 mil templos. No obstante, exluzmundistas afirman que las estadísticas son exageradas (http://www.exlldm.com/el-padre-de-la-mentira-y-las-cifras-de-la-luz-del-mundo/) . Como quiera, es la religión transnacional más importante de México.

Su origen se remonta 93 años atrás, en plena Guerra Cristera, cuando el soldado súbdito del general Marcelino García Barragán,  Eusebio Joaquín González, a partir de un sueño que dijo haber tenido, cambió su nombre por el de Aarón y fundó dicha asociación religiosa, que habría tenido la finalidad de contrarrestar el movimiento armado y a la Iglesia católica misma.

Pero La Luz del Mundo tiene ahora, aparte de los políticos vergonzantes que niegan su amistad con Naasón Joaquín y las acusaciones que pesan sobre él, un grave obstáculo que podría no sólo dejar de crecer , sino revertírsele: el culto, casi idolatría, hacia su máximo pastor, no a Cristo. Esta desviación vino en los largos 50 años que fue gobernada por su director internacional, Samuel Joaquín Flores, desde la muerte de su padre Aarón (1964-2014).

Samuel, aparte de hacerse llamar “El Intercesor” directo con Dios Padre, haciendo a un lado a Jesucristo, se hacía cantar la siguiente estrofa a coro compuesta por su nieto Abdiel Joaquín, que se puede escuchar en el himnario de ILLM:

Hay un hombre que mi Cristo nos mandó/ y me dijo que en él está su reflejo/que conquista la atención de aquel cordero / y el ministerio  santo le entregó/ por el corazón tan limpio que le vio./ Samuel Joaquín, me gozo en tu nombre/pues me haces sentir rico siendo pobre./Samuel Joaquín, el nombre de un guerrero/ amparado en su elección no tengo miedo/ y en el eco de su nombre escucho al padre/, pues me dice: “no lo dejes, es mío./Así lo siento yo/ me lo dicta el corazón.

Y hay algo más que le compusieron  al “Apóstol de Jesucristo” Samuel, que luego cantan a su hijo sucesor:

Creo en ti como creo en el sol que me da su calor/Creo en ti, oh Naasón pues me das tu amor/Creo en ti porque si no creyera/huérfana fuera./Y en mi vida no habrá ni luz ni amor./Creo en ti, a pesar de las dudas/ a pesar de la ciencia/a pesar de mí mismo./Creo en ti si mi fe languidece/ cuando casi se extingue/oh Naasón, creo en ti./Creo en ti aunque otros te nieguen/ y cual réprobos vivan,/oh Naasón, creo en ti.

Es la idolatría institucionalizada en una iglesia que se dice cristiana y hoy tiene preso en Estados Unidos a su tercer pastor en toda su historia. ¿Cuánto le afectará a esta asociación religiosa? Nadie sabe, pero la culpa no la tiene su feligresía –igual que ocurre en otras iglesias– por los pecados de sus clérigos, por grandes e importantes que sean.

 

Foto: El exgobernador priisa Aristóteles Sandoval (izq.) junto a Naasón Joaquín/ Gobierno de Jalisco.

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