Partidiario
Criterios
Ajeno al ejercicio democrático interno, pues nunca lo practicó el Gran Tlatoani, hacedor de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el sábado 12 de octubre, en el marco de las asambleas distritales en el país para elegir consejeros que participarán en el nombramiento de las dirigencias nacional y estatales, hubo una serie de irregularidades, y mientras unas se suspendieron por amagos, otras asambleas terminaron, en el caso Jalisco, a balazos y golpes con saldo de cinco heridos –dos graves– y robos, generalmente de computadoras y padrones.
Los peores incidentes se registraron en las asambleas de los distritos 8 y 9. En el primero, que se celebraba en un gimnasio situado en la calle Puerto Melaque, colonia Postes Cuates, en Guadalajara, a donde llegaron varios sujetos con armas. Hubo algunas detonaciones y uno de ellos golpeó con su arma en la cabeza de una persona que se negaba a entregarle la computadora.
En el colindante Distrito 9, en la colonia Panorámica Huentitán, calzada Independencia y Volcán Antuco, otros individuos armados también hicieron disparos con armas de fuego y ocasionaron heridas a otras cuatro personas por negarse a abrirles. Esto sucedió en el salón conocido como “La Palapa”.
De acuerdo con información de distintos testigos, fueron varias brigadas o grupos de choque que casi a la misma hora se dedicaron a reventar las susodichas reuniones del partido en el poder en una decena de distritos en, al menos, ocho municipios: Guadalajara (distritos 8 y 9), Zapopan (10), Tlaquepaque (13), Tonalá (7), Tepatitlán (3), Jocotepec (17), Puerto Vallarta (5) y Autlán de Navarro (18).
En este último –que no fue tomado en cuenta por el delegado presidente de Morena en Jalisco, Hugo Rodríguez Díaz– la asamblea “fue reventada por algunos de los presentes quienes no aparecieron en el padrón para poder participar y votar”, escribió la reportera Mayra Vargas, quien añade que “las personas que no pudieron acceder, manifiestan que hay amaño y fraude, pues muchos de los que sí aparecen en el padrón son ex priistas, ex emecistas y ex panistas principalmente y registrados de manera reciente como morenistas”.
Rodríguez Díaz aseguró que los ataques provinieron “de personas ajenas a Morena“, y añadió que “es un hecho que tiene la finalidad de desestabilizar los procesos democráticos de nuestro instituto político”, al tiempo que exige el esclarecimiento de los hechos por parte de las autoridades, porque no es posible que comandos en camionetas sin placas circulen impunemente.
Pero el exsupremo delegado del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Carlos Lomelí Bolaños, metió la duda y, en el fondo, responsabiliza de los acontecimientos, sin excluir la violencia, a dirigentes del partido, según un tuiter, y que la convocatoria (a las asambleas) fue excluyente al no permitir la participación de militantes registrados después de noviembre de 2017. “No se vale el uso de la provocación y violencia que documentamos con fotografías y videos”.
Después, agregó en otro mensaje similar que los militantes “queremos un partido nuestro, sin intromisiones del centro del país y sin uso de recursos y funcionarios públicos en asuntos partidistas”.
Y parece que Lomelí tiene la razón, porque hechos similares ocurrieron en Chihuahua, Sinaloa y Veracruz:
En Ciudad Juárez, Chihuahua, decenas de personas no registradas trataron de ingresar por la fuerza a la asamblea. En el distrito 2 de Sinaloa, con sede en Ahome, la asamblea se suspendió porque el presidente del comité municipal de Morena, José Borunda, fue amenazado con arma de fuego.
En tanto, en el estado de Veracruz se anunció el mismo sábado que la asamblea programada para el día 19 quedaba suspendida porque no hay condiciones para la misma. Al mismo tiempo se afirma que en el puerto les condicionan a los morenistas votar en favor de la aspirante a la dirigencia nacional, Bertha Luján Uranga.
Eso por un lado. Por el otro, se denunció en conferencia de prensa el mal uso de tarjetas de Bienestar para condicionar la asistencia a reuniones para organizar la votación en favor de los coordinadores distritales que apoyarán a Luján Uranga.
Formado el Movimiento de Regeneración Nacional como un aglutinamiento de militantes y exmilitantes de casi todos los partidos –“desechos”, le llaman sus excompañeros–, de inconformes ocasionales, de un indeterminado número de resentidos sociales con ganas reivindicatorias a como dé lugar, sin importar orden, disciplina –partidista o no– y sin principios doctrinales sólidos, hasta ahora.
El neopartido lo dirige, como presidenta y secretaria general, una mujer con tres actas de nacimiento. Cambió su nombre de pila, muy mexicano –Citlali Ibáñez Camacho– y adoptó uno extranjero, e hizo otro tanto con sus hijos, y de quien (Yeidckol Polevnsky) nada se sabe en dónde dejó los cientos de millones de pesos que su partido destinaría a los damnificados del terremoto de 2017, ¿qué cosas buenas se pueden esperar?
Y si los pleitos intestinos de Morena son así hoy por un cacho de poder, ¿qué podremos ver en el futuro próximo? ¿Qué le puede esperarle a un país gobernado por esa anarquía que ahí impera hoy por hoy?
Si entre ellos se roban los listados de militantes y los sistemas de computación que contienen padrones electorales y otros muchos datos, ¿qué no harán en las próximas elecciones con el poder que les da el poder?
De tales palos, tales astillas. Lo veremos… o lo sufriremos.