Masas amorfas en Jalisco

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Las ejecuciones en Jalisco son algo de lo más cotidiano. Pueden ser ocho, 10 o 12 en un solo día. No sólo eso, sino que nuestro estado se encuentra entre las entidades con mayor número de fosas clandestinas, que ya se han extendido y ramificado al menos en las siguientes formas: fosas acuáticas (presas y lagos), panteones clandestinos (patios traseros de casas particulares en la zona metropolitana), pozos (como el de la primavera donde se encontraron 120 bolsas con restos humanos) y al pie de carretera (Tala, por ejemplo).

Nuestras autoridades gradualmente han perdido la capacidad de asombro y cada vez son más insensibles al grave problema que estamos viviendo en torno a la violencia e inseguridad en nuestro estado. Dicen encontrar bolsas con restos humanos y de manera simplona sintetizan diciendo que eran “delincuentes”, revictimizando a los familiares de los occisos.

La autoridad rebasada por los actos de violencia no individualiza cada caso.

No se nos informa a los jaliscienses quiénes eran las víctimas, a qué se dedicaba , a pesar de que saber que no todos los encontrados en estos lugares del terror eran delincuentes; algunos quizás fueron víctimas de un secuestro o levantón, entre otros casos. Tampoco hay conciencia sobre el temor que vivieron los ejecutados, que en algunos casos son descuartizados en vida.

En este tenor, las autoridades en Jalisco se limitan a decir: “se encontraron 20 bolsas con restos humanos en una casa de seguridad… se encontraron 15 bolsas en otra fosa clandestina”.

Nada más falta que nos digan “que se encontraron 10 toneladas de masa amorfa, al parecer de carne humana”.

Y es que si promediamos a una persona con un peso de 90 kilos  y se encuentran 120 bolsas, digamos una persona por bolsa, nos daría como resultado más de 10 toneladas de carne, huesos y restos humanos. Ese es el tamaño y proporción de la inseguridad y violencia que estamos viviendo en Jalisco. Difícilmente en una guerra estaríamos hablando de estos volúmenes de personas ejecutadas, torturadas y desolladas.

Los estados que registran mayor presencia de fosas clandestinas en México son Jalisco, Sinaloa, Colima, Veracruz y Sonora. En conjunto, concentran más del 60% de todas las fosas localizadas en el país.

Los estados con mayor número de cuerpos dentro de las fosas son Jalisco, Sinaloa, Colima, Sonora y Chihuahua que en 2019 acumularon 825 cuerpos, lo que representa el 73 % de todos los cuerpos exhumados en el país.

En nuestra entidad se localizaron 75 fosas tan solo el año pasado.

Y entre los años 2006 y 2019, Jalisco sumó un total de 224 fosas clandestinas.

Como podemos apreciar, el tamaño del problema es mayúsculo. En tres administraciones de gobierno en nuestra entidad (incluyendo la presente) no se ha estado a la altura de la problemática que vivimos.

Otro terrible dato es que Jalisco en el año 2019 fue el estado con mas personas “desaparecidas” en el país, de acuerdo con el informe sobre localización de Fosas Clandestinas y Desapariciones en México, que presentó la Secretaría de Gobernación. El dato sobre Jalisco es aterrador: 2 mil 100 personas desaparecidas, que ya no regresaron a su casa.

¿Hasta cuándo nuestras autoridades tomarán en serio este grave problema?

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