Los emecistas marcan su trabajo en la política con juegos de luces y millones de pesos invertidos en propaganda barata. MC será recordado por el estrangulamiento de calles, obras faraónicas y la sarta de ocurrencias ante la falta de planes a largo plazo para rescatar la ciudad. La última “jalada” es promover el cambio de nombre a Guadalajara y ponerle Guadalajara de Alcalde. El cabildo tapatío se desgarra las vestiduras en discusiones de ese tipo, cuando amplias zonas de la metrópoli están entregadas a la delincuencia o abandonadas.