Con el asesinato de 11 periodistas durante 2018, México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ejercer la libertad de expresión, según reveló la Federación Internacional de Periodistas.
México ocupa el segundo lugar, siendo un país mortífero para quienes ejercen el periodismo. Por arriba sólo se posiciona Afganistán y Siria, zonas de guerra permanente donde han muerto 16 comunicadores, respectivamente.
En su informe anual, la Federación contabilizó un total de 94 muertes de periodistas y trabajadores de medios de comunicación, los cuáles dice, afectan la búsqueda de la verdad y el intercambio de información.