Zamora, Michoacán; Lunes 19 de agosto de 2024.- Más de 12 mil jornaleros y jornaleras menores de 16 años trabajan en los campos agrícolas de Michoacán en cultivo diversos, como fresa, papa, lechuga, frijol maíz, mango, limón, aguacate, Jitomate Cebolla, caña, mango y otros productos que se dan en la entidad en sus zonas agrícolas como el Valle de Apatzingán, Tierra Caliente, Valle de Zamora, zonas cañeras como Los reyes, Taretan, y Puruarán.
Nos enfrentamos a una realidad que sigue permitiendo abandonar a los niños en la oscuridad de la explotación. “Voces silenciadas, por el empleo rudo”.
El trabajo infantil se presenta como cualquier forma de empleo o trabajo que incite a desprender a los niños de su infancia y de su dignidad.
Además, el trabajo infantil es perjudicial para su desarrollo físico y mental porque se ven obligados a realizar tareas que son inapropiadas para su edad y esto obstaculiza su educación y desarrollo personal.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 había alrededor de 3.2 millones de niños y niñas entre 5 y 17 años que trabajaban en México. La mayoría de ellos labora en el sector agrícola (42 por ciento), seguido por el comercio (25 por ciento) y en tareas de servicios (18 por ciento).
La pobreza y el hambre son algunas de las razones que orillan a cientos de familias a sacrificarse en los campos michoacanos, a entregar un jornada a veces mayor a las ocho horas, e incluso aceptar vivir en condiciones deplorables, en donde los más afectados terminan siendo siempre los niños jornaleros San Sebastián es una población pequeña, pegada a una ladera y se diría desierta por el poco movimiento que se observa Forma parte de la zona agrícola cañera de los Reyes, con extensos campos verdes en los que es común observar a niños trabajando en el campo como si fueran adultos, según Apro.
Afortunadamente de acuerdo al censo agropecuario del 2011, las cifras de niños trabajadores va disminuyendo, al grado de que actualmente laboran 8 mil 700 menores, según INEGI.
Estadísticas bajan
En Michoacán, el trabajo infantil sigue siendo una realidad preocupante. Según datos del Módulo de Trabajo Infantil 2015 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), el INEGI y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen 112 mil 430 niñas, niños y adolescentes en ocupaciones no permitidas en el estado, lo que corresponde al 5.1% del total nacional de este fenómeno.
En la entidad se tiene un registro de cien mil jornaleros agrícolas, sin embargo, esta cifra abarca a unos 40 mil menores de entre 7 y 14 años de edad, quienes viven en condiciones infrahumanas.
Los menores jornaleros habitan en unos 40 campamentos en los que se carece de unidades médicas y diversos servicios básicos, así como de infraestructura educativa Eréndira es un caso ilustrativo. Tiene apenas ocho años y ya trabaja en la agricultura michoacana para ayudar a la economía familiar.
Los menores son parte del paisaje cotidiano de los campos en la entidad, en donde desarrollan jornadas exhaustivas Desde temprana edad aprenden a utilizar las guadañas y otros aperos, relegando su educación y el disfrute de los juegos propios de su edad. En la madrugada, Eréndira y varios trabajadores más se reúnen en torno de una fogata hasta que llegue el jefe y les ordene sus labores.
La historia de Eréndira es común a la de cientos de otros pequeños que con sus padres, o solos, emprenden su faena en los campos a partir de las cinco de la mañana.
El destino de Elvira es ir de región en región en busca del pan de cada día. No se queja Todos los jornaleros, hombres y mujeres, carecen de los derechos que les garantiza la legislación laboral vigente en México y que, en principio, prohíbe el trabajo de los menores.
Ellos también participan de la cosecha del maíz, del limón, la toronja, el jitomate, el pepino, el melón y el chile. Los acompañan cientos de niños que vienen de otras entidades, principalmente Guerrero, Morelos y Guanajuato Según cifras de la Secretaría de Desarrollo Social federal (Sedesol), la jornada laboral de los niños en los campos michoacanos es semejante a la de los adultos El 50% de ese sector habla una lengua indígena, predominando el náhuatl, purépecha y tlapaneco, y se emplean principalmente en las regiones de Los Reyes, Taretan, Pedernales, Apatzingán, la Costa, Zamora, Jacona y Yurécuaro.
El trabajo infantil se registra más entre la población indígena que entre la mestiza. Así, 86% de los menores indígenas de seis años o más se incorpora al trabajo, mientras que en el caso de los menores mestizos sólo lo hace el 76% El encargado del programa Jornaleros Agrícolas de la Sedesol, Favio Galeana, y Jaime Barba delegado de la Secretaría de Trabajo (STPS), coincidieron en que el trabajo infantil es común en ese tipo de campamentos agrícolas, en donde lo más lamentable son las condiciones precarias en las que subsiste esa población.
Pero lo más preocupante es que sean los propios padres quienes contribuyen a la explotación de los niños jornaleros Los funcionarios federales destacaron que son los padres quienes obligan a los menores a contratarse como jornaleros.
Con ello el sostenimiento de la familia se reparte entre hijos y padres, pues suman entre varios los salarios que van de los 70 a los cien pesos; Sin embargo, generalmente los menores entregan a sus padres todo el dinero que ganan y a ellos sólo se les regresan entre cinco y diez pesos para la compra de algunas golosinas.
Al margen de la ley Pese a que la Carta Magna prohíbe el empleo de menores de 14 años, en la entidad son letra muerta esos preceptos plasmados en el 123 constitucional: “II La jornada máxima de trabajo nocturno será de siete horas. Quedan prohibidas: las labores insalubres o peligrosas, el trabajo nocturno industrial y todo otro trabajo después de las diez de la noche, de los menores de 16 años”.
“Queda prohibida la utilización del trabajo de los menores de 14 años Los mayores de esta edad y menores de 16 tendrán como jornada máxima la de seis horas”.
Mientras en la Ley Federal del Trabajo (LFT), en sus artículos 174 y 175, se señala que los mayores de 14 y menores de 16 años deberán obtener un certificado médico, acreditar su aptitud para el trabajo, así como someterse a los exámenes médicos que periódicamente ordene la inspección del trabajo También prohíbe el que los menores trabajadores sean expuestos a labores peligrosas o insalubres (inciso E, artículo 175), o a trabajos superiores a sus fuerzas y los que puedan impedir o retardar su desarrollo físico normal (inciso f).
Sin embargo, los grandes productores prefieren contratar a los niños jornaleros, pues ellos generalmente no reclaman sus derechos, como son servicios de salud, día de descanso, educación obligatoria y acceso al esparcimiento y los juegos, 90% de los menores no cuenta con ninguna clase de prestación, y son más lamentables las condiciones en que laboran respecto de los niños que desempeñan alguna labor en las grandes ciudades.
Mientras un “cerillo” en la ciudad cuenta con uniforme y sólo trabaja cuatro horas en algún centro comercial, en el campo los menores se exponen a toda clase de peligros, entre los que destacan infecciones e insolación, eso antes de la pandemia, ahora ya no son útiles.
Las condiciones de salud de los menores jornaleros son lamentables, ya que por lo general padecen enfermedades respiratorias agudas, gastrointestinales, dermatológicas, intoxicaciones y desnutrición.
Ese tipo de males se originan por el cambio de clima, las malas condiciones en la que son preparados los alimentos y el contacto con algunos agroquímicos. También suelen quejarse de continuos dolores de cabeza, debido a las largas horas en que permanecen expuestos al sol, y esos padecimientos generalmente tienen mayor prevalencia en los meses de septiembre, enero y abril.
El mapa de riesgo de trabajo infantil en Michoacán muestra que 60 municipios presentan riesgo bajo, mientras que 43 tienen riesgo medio y 10 tienen riesgo alto. Estos últimos se localizan principalmente en la zona oeste del estado.
El gobierno mexicano ha tomado algunas medidas para abordar el problema del trabajo infantil. En 2019, el gobierno federal aprobó una ley que prohíbe que los niños menores de 14 años trabajen.
La ley también establece una edad mínima de 16 años para trabajar en industrias peligrosas. Sin embargo, estas leyes no siempre se aplican y todavía hay muchos niños en México que trabajan en condiciones riesgosas.
Existen una multitud de razones por las cuales se da el trabajo infantil, uno de los motivos más comunes son la pobreza extrema, donde los niños trabajan para ayudar a sus padres, asimismo, la falta de acceso a una educación, donde los niños se ven con la necesidad de abandonar la escuela y ganar dinero, igualmente, influye la discriminación de género.
Los factores mencionados crean un entorno propicio para la explotación infantil, donde los niños se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias o simplemente para sobrevivir.
Al mismo tiempo, esto trae una serie de consecuencias negativas para los niños, como: interferir en su educación, problemas en su desarrollo cognitivo, emocional y social, con ello, afectando en todos los sentidos la calidad de vida y la salud mental de los menores. Incluso pueden estar expuestos a condiciones de trabajo peligrosas y poseer daño físico.
En el ámbito internacional, existen instituciones y organismos que se dedican a combatir el trabajo infantil, como lo es la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que desempeña un papel fundamental en la promoción de los derechos laborales y la erradicación de este tipo de trabajo.
Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la cual considera el trabajo infantil como una violación de los derechos humanos.
Además, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) también ha sido un defensor incansable de los derechos de los niños y ha trabajado en estrecha colaboración con gobiernos y organizaciones para poner fin al trabajo infantil.
Habrá restricciones a partir de 2023 para las empresas michoacanas que exportan hacia los Estados Unidos frutillas, aguacate o guayaba y que empleen a menores de edad en la producción, ya que así se estableció en el nuevo acuerdo comercial del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2019 (ENTI), en México el sector agrícola es el que más ocupa a niñas, niños y adolescentes, pese a que la Ley Federal del Trabajo en el artículo 176, fracción II, numeral 8 señala que está prohibido el trabajo de los menores en los campos, por tanto, las empresas no tienen posibilidades de contratarlos.
Cabe recordar, que el estudio realizado por la organización “World Visión” ha informado que en Michoacán al menos hay una cifra de 100 mil niños de entre dos y 17 años de edad que laboran en varias actividades desde jornaleros, franeleros o limpia coches, entre otros.