Mirada Violeta: Katalin Karikó, la mujer que salvó al mundo

Miércoles 11 de octubre de 2023.- Mientras regreso de Río de Janeiro, en Brasil, donde estuve por una semana

dialogando con mis colegas de CLADEM sobre temas de interés para los
derechos de las mujeres en la región y que ya les compartiré más adelante; me
enteré que le otorgaron el premio nobel de medicina a Katalin Karikó, la científica
de origen húngaro que pasó gran parte de su vida “ninguneada” por la comunidad
científica y académica.
La noticia me llenó de alegría y agradecí la existencia,
persistencia y resistencia de Karikó para llevar sus investigaciones en solitario y
que sus hallazgos fueran claves para el desarrollo rápido de las vacunas contra el
COVID. Regresé de Brasil enferma, contagiada con un virus de COVID que traía
samba porque me puso una bailada tremenda, con muchas fiebres, malestares y
molestias que me mantuvieron postrada en cama durante más de una semana.
En esos momentos comprendí que, en otras circunstancias, no podría seguir viviendo.
Si, le debemos mucho a Katalin Karikó, la mujer que salvó al mundo y le doy las
gracias por salvarme a mí también. Sus investigaciones lograron que hoy
contemos con las vacunas necesarias para hacer frente a un virus letal.

La historia de Karikó es la historia de muchas mujeres científicas, que permanecen
relegadas y excluidas. Primero debió de enfrentarse al exilio y luego a sus
colegas que degradaron su trabajo. También la Universidad hizo lo suyo, aquí
transcribo el texto de Monserrat Sagot al referirse a Karikó: “La academia, en
particular de muchas universidades de élite, trata a algunas mujeres de maneras
terribles e injustas. El mejor ejemplo es Katalin Karicó, ganadora del Premio Nobel
de Medicina este año. Karicó ganó el Nobel por sus investigaciones de décadas
en el desarrollo de la tecnología ARN, que es la que se usa para vacunas contra el
COVID y otras vacunas. Pues resulta que a Karicó nunca le han dado propiedad
en la universidad donde trabaja. Hasta el día de hoy sigue siendo profesora e
investigadora interina. Lo revisé en la página de la Universidad de Pennsylvania
hace un rato. Ella dice que eso pasó porque siempre tuvo dificultades para
conseguir financiamiento externo para sus investigaciones. Pues la profesora
interina terminó ganando el Nobel. Las autoridades de esa universidad ya
deberían estar pensando cómo reparar esa vergüenza pública y cómo
compensarla por todos los años en los que no le reconocieron sus extraordinarios
méritos”.
La bióloga Katalin Karikó, de 67 años, es la madre de las vacunas de ARN, que
hoy no existirían sin su perseverancia durante casi cuatro décadas de
investigaciones. Nació en un pueblo de Hungría, donde creció sin electricidad ni
agua corriente. Ayudaba a su padre a hacer salchichas y a su madre a fabricar
jabón, lo que despertó su vocación científica. Estudió Biología y emigró a Estados
Unidos. Pero nadie la apoyó durante años. Por el contrario, muchas veces fue
degradada y expulsada de la Universidad donde trabajaba, al considerar que su
investigación no era importante.

Después de más de 6 millones de muertos y más de 500 millones de contagios,
gracias a Karikó y sus investigaciones, hoy la medicina se viste de gala para
honrar a una mujer que pese a todo y contra todo, dio un gran paso para salvar a
la humanidad. Gracias Katalin Karikó, la ciencia, la academia y el mundo, te
debemos mucho.

Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
Vicecoordinadora de CLADEM en México
Profesora Investigadora de la UdeG.
@dralupitaramosp
lupitaramosponce@gmail.com
Canal de Youtoube Dra. Lupita Ramos.
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(Foto principal: BBC)