Mirada Violeta: Lisby y Yakiri

Foto: Especial

Miércoles 28 de agosto de 2024.- Lisby y Yakiri tienen un nombre poco común. Lo común en ellas es la historia de injusticia que las acompaña. Sus historias por obtener libertad y justicia se entrecruzan a pesar de la distancia geográfica y del tiempo. Lisby es hondureña,
Yakiri es mexicana. Las dos se han enfrentado a la violencia machista, a las instituciones patriarcales, a la corrupción del sistema penal.

En el caso de Yakiri Rubio, fue secuestrada en diciembre de 2013, por dos hombres que la condujeron a un hotel para violarla. Después de ultrajarla, uno de ellos intentó asesinarla. Ella acabó matando al agresor en defensa propia; sin embargo, la acusaron de homicidio calificado y la encarcelaron. Ana Katiria Suárez, es la abogada penalista que defendió a Yakiri Rubio. En una carrera contra el tiempo, después de haber tenido acceso a un expediente mutilado, su objetivo desde el primer momento fue demostrar que Yakiri actuó en legítima defensa tras haber sufrido una violación sexual. El proceso estuvo viciado desde
el origen, repleto de omisiones, fallas y contubernios entre los delincuentes y la autoridad. Muy pronto, el caso se convirtió en una lucha personal por los derechos humanos y en una cruzada jurídica con perspectiva de género que logró al final una sentencia absolutoria para Yakiri.

En el caso de Lisby Dayana Allen Bardales de 18 años de edad al momento de ocurridos los hechos, es acusada por homicidio y porte ilegal de arma de fuego luego de asesinar a un hombre en un motel en Olanchito, Yoro en Honduras. Ella fue secuestrada por el ahora occiso Mártir Adonay Carbajal Sabillón de 51 años, el 4 de julio del 2021 la llevó contra su voluntad al motel ubicado en el barrio El Triángulo de Olanchito, una zona alejada de Tegucigalpa capital. Al momento de intentar ultrajarla, Lesby pudo tomar la misma arma con la que el sujeto la había obligado a entrar al motel y le disparó. Ella misma llamó a la policía y les contó los acontecimientos de los que ella había sido víctima. Sin embargo, el aparato de justicia se volcó contra ella, una joven negra, sin recursos para llevar su propia
defensa y la acusaron de homicidio. Durante su juicio, aunque ella contaba sobre la violación, insistían en llamarle “relaciones sexuales”, la revictimizaron una y otra vez y finalmente la acusaron de homicidio y no tuvieron en cuenta que fue violada y actuó en defensa propia para salvar su vida. Lisby lleva ya tres años en la cárcel y tendrá la primera oportunidad de salir en 2027 o en 2032 si cumple la pena completa.

Hoy se encuentra presa en una cárcel hondureña purgando una pena que no le corresponde. Recientemente, la organización lésbica Cattrachas, una Red en Honduras que se ha significado por llevar litigio internacional de los derechos humanos, ha asumido el compromiso de llevar el caso junto con una vinculación importante a nivel internacional con las organizaciones Justicia Pro Persona y CLADEM en México.

Esperamos que las historias de Yakiri y Lisby se crucen nuevamente en el acceso a la Justicia y que Lisby como Yakiri, pueda pronto salir en libertad al demostrar la legítima defensa y evidenciar la justicia patriarcal que se pone del lado de los agresores en lugar de las víctimas.

 

Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
Coordinadora de CLADEM en México
Profesora Investigadora de la UdeG.
@dralupitaramosp
lupitaramosponce@gmail.com
Canal de Youtoube Dra. Lupita Ramos.
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