Mirada Violeta: Los cautiverios de las Mujeres

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Hoy es 8 de marzo, día internacional de las mujeres; fecha en que tomamos las calles y nos apropiamos del espacio público del que históricamente fuimos excluidas. Al marchar hoy, recuperamos la historia centenaria de la lucha feminista disruptiva, rebelde y digna.

Este #8M recordamos que, junto a cada derecho ganado, hay una lucha feminista enarbolada. Las mujeres no nacimos con derechos, luchamos por cada uno de ellos. Los arrebatamos, los reivindicamos y los exigimos. Las feministas construimos así, nuestra propia historia. Y también, desde los feminismos, hemos denunciado las discriminaciones y cautiverios históricos que nos han oprimido.

La antropóloga feminista Marcela Lagarde desnudó magistralmente los cautiverios de las mujeres, las formas de ser mujer en esta sociedad y en sus culturas, constituyen cautiverios en los que sobreviven creativamente las mujeres en la opresión. Para la mayoría de las mujeres la vivencia del cautiverio significa sufrimiento, conflictos, contrariedades y dolor; pero hay felices cautivas. De ahí que, más allá de su conciencia, de su valoración y de su afectividad y en ocasiones en contradicción con ellas, todas las mujeres están cautivas por el solo hecho de ser mujeres en el mundo patriarcal.

Las mujeres están cautivas porque han sido privadas de autonomía vital, de independencia para vivir, del gobierno sobre sí mismas, de la posibilidad de escoger y de la capacidad de decidir sobre los hechos fundamentales de sus vidas y del mundo y por la obligación de cumplir con el deber ser femenino, concretado en vidas estereotipadas, sin alternativas. Todo esto es vivido por las mujeres por el sometimiento y el dominio de sus vidas ejercido sobre ellas por la sociedad y la cultura clasista y patriarcal.

El cautiverio de las mujeres se expresa en la falta de libertad, concebida esta última como el protagonismo de los sujetos sociales en la historia y de los particulares en la sociedad y en la cultura. En tanto cautiva, la mujer se encuentra privada de libertad. En nuestra sociedad, la norma hegemónica de la libertad es clasista y patriarcal: burguesa, machista, heterosexual, heteroerótica y misógina. De ahí que sean históricamente libres los individuos y las categorías sociales que pertenecen a las clases dominantes, es decir, los hombres, adultos, productivos o ricos y heterosexuales.

Las mujeres sobreviven en cautiverio como resultado y condición de su ser social y cultural en el mundo patriarcal. Sin embargo, las mujeres son diversas y diversos sus cautiverios. ¿Cuáles son entonces, los cautiverios de las mujeres? Existen pocas y reducidas formas de ser mujer. La sociedad está definida de tal manera, que se encauza y se estimula a las mujeres en torno a un número reducido de opciones culturales dominantes, que conforman modos de vida particulares. Marcela Lagarde, describió perfecto estos cautiverios en la maternidad, el matrimonio, la sexualidad etc.

A pesar de los logros feministas, la vida de cada mujer en nuestros días, sucede en condiciones históricas de hegemonía patriarcal. Las maneras de vivir de los hombres y de realizar sus identidades y los hechos que caracterizan al mundo actual tienen una evidente impronta patriarcal. Es por esto, que, en este 8 de marzo, traigo acá la reflexión de Marcela Lagarde sobre los cautiverios de las mujeres, que están vigentes en la opresión de las ellas como madresposas, monjas, putas, presas y locas, de acuerdo a las categorías desarrolladas por Lagarde, todas ellas referentes simbólicos de estereotipos sociales y culturales, que fundamenta la dimensión patriarcal de la existencia de las mujeres.

El patriarcado nos quiere calladitas porque nos dice que así nos vemos “más bonitas”. Nos quiere “felices” porque la felicidad femenina en el patriarcado, se construye sobre la base de la realización personal del cautiverio que, como expresión de feminidad, se asigna a cada mujer (el matrimonio, la maternidad, la hetersexualidad obligatoria, etc.). El patriarcado nos quiere blanquitas, flaquitas y sin pelos en el cuerpo, porque convierte a nuestro cuerpo en campo de batalla y nos quiere ocupadas en dejar de querernos cuando tenemos un kilo de más, una manchita en la cara y un pelo en la axila. Así construye el patriarcado los cautiverios sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres.

Este 8 de marzo, al salir a la calle, te invito a que reivindiques la libertad feminista que nos libera de los cautiverios de ser mujer.

Dra. María Guadalupe Ramos Ponce

Vicecoordinadora de CLADEM en México

Profesora Investigadora de la UdeG.

@dralupitaramosp

lupitaramosponce@gmail.com

Canal de Youtoube Dra. Lupita Ramos.

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