Miércoles 31 de enero de 2024.- Esta semana me encuentro en Honduras y tuve la oportunidad de estar en la comunidad de “La Esperanza”, lugar donde nació el 4 de marzo de 1971 Berta Isabel Cáceres Flores. Ella fue una líder indígena lenca, feminista y defensora de la tierra y el territorio. Recibió el premio medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas del medio ambiente. Precisamente por su labor de defensa del territorio y del medio ambiente, fue asesinada el dos de marzo del 2016. El 25 de mayo del 2022, fue declarada Heroína Nacional por el Congreso Nacional de Honduras.
Bertha fue una gran luchadora social, en marzo de 1993 cofundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), que ha tenido como objetivo la lucha en defensa del medio ambiente, el rescate de la cultura lenca y elevar las condiciones de vida de la población de esa región. Luchó en contra de la privatización de los ríos y en contra de los proyectos de las presas hidroeléctricas de inversores internacionales, sobre todo, su lucha frontal contra el proyecto de la represa de Agua Zarca en el río Gualcarque en el Departamento de Santa Bárbara y contra proyectos mineros y madereros para proteger el medio ambiente de la región.
Igual que en muchos países de América Latina, distintos gobiernos hondureños han permitido la instalación de magaproyectos destructivos para el medio ambiente que ocasionan el desplazamiento de comunidades indígenas y la privatización de ríos y territorios, destinándose casi el 30% del territorio nacional a concesiones mineras, según denuncias que ha realizado COPINH.
En el año 2010 el Congreso Nacional Hondureño otorgó la concesión por 20 años del río Gualcarque a la Compañía hondureña Desarrollos Energéticos S. A. (DESA), un río sagrado para el pueblo lenca y una importante fuente de agua y alimentos para la región.
Berta fue una de las principales opositoras al proyecto y denunció en diversos momentos el acoso y la persecución a las tribus indígenas y el robo de sus tierras ancestrales por parte del Gobierno de Honduras y la venta de la tierra y los recursos naturales del país.
Para Berta el desvío del río significaba la muerte para las comunidades, además de un ataque espiritual a ellas, ya que los espíritus del agua en su cosmogonía son femeninos y vitales en sus comunidades.
Berta Cáceres denunció también la participación de diversos funcionarios gubernamentales para apoyar a las empresas mineras, hidroeléctricas, etc., en perjuicio de los pueblos, tierras, flora y fauna del país.
Cerca de la medianoche entre el 2 y 3 de marzo de 2016 Berta Cáceres se encontraba en su vivienda en La Esperanza, cuando entró un grupo de sicarios y la asesinaron.
Y hoy me encuentro aquí, en este lugar de lucha y de esperanza porque como dice la consigna feminista: Berta no se murió, Berta no se murió, Berta se hizo millones, se hizo millones, Berta soy yo. Ahora se encuentra sembrado su corazón en cada lucha por el medio ambiente, por la tierra, por el agua, por el territorio, por las mujeres, por los derechos humanos. Mi querida Berta multiplicada en miles. Escribo esto desde la Esperanza, en Honduras, con el corazón esperanzado y multiplicado por la lucha siempre viva de nuestra querida Berta.
Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
Coordinadora de CLADEM en México
Profesora Investigadora de la UdeG.
@dralupitaramosp
lupitaramosponce@gmail.com
Canal de Youtoube Dra. Lupita Ramos.
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Saludos Cordiales
Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
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