Mirada Violeta: Tragedia humanitaria las desapariciones en Jalisco

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Miércoles 07 de junio de 2023.- Conocí a Flor hace treinta años, soltera y sin hijos trabajaba en el aseo de casas.
En esa época se embarazó y tuvo gemelas. Las primeras de los siguientes 9 hijos
que tendría en los años posteriores. Mujer trabajadora que como pudo, sacó
adelante a todos sus hijos e hijas. Siempre sola, los hombres de su vida se
encargaban de embarazarla y dejarla.
No supe de ella por mucho tiempo, hasta diciembre del 2022 que me llamó
angustiada al enterarse que dos de sus hijos (uno de 22 y otro de 20), habían sido
“levantados” cerca de su domicilio. Esa tarde del 26 de diciembre, Bryan llegó de
trabajar de su oficio de albañil, le dijo a su mamá que iría a la peluquería a
cortarse el cabello; al salir de casa, su hermano Abel recién llegaba y se ofreció
acompañarlo también a cortarse el cabello. Esa fue la última vez que los vió, fue a
presentar la denuncia por las desapariciones de sus hijos sin que las autoridades
de la fiscalía realizaran investigaciones para su búsqueda. Casi siempre, a ella le
pedían información que no tenía.
Hace una semana, Flor recibió una llamada de una trabajadora social de un
hospital en Michoacán. Le indicó que su hijo Bryan se encontraba hospitalizado
con 11 balazos recibidos de frente en un supuesto enfrentamiento con el Ejército
mexicano. Desde entonces ha seguido otro calvario para Flor, pasó Brian de
víctima a delincuente. Así es tratado en el hospital de Morelia donde se encuentra
custodiado. Así es tratada Flor, a quien no le dan información ni de la situación
legal de su hijo ni de la situación médica. En un breve encuentro que le
permitieron con su hijo y ante las dificultades para expresarse, solo alcanzó a
decirle que pudo escaparse de donde lo tenían cautivo, solo para encontrarse con
un grupo de militares que le dispararon de frente. Lo encontró como indigente, con
el cabello crecido, muy sucio y delgado. De su otro hijo no alcanzó a decirle nada.
Esta es la historia de muchos de los desaparecidos en Jalisco, se los llevan los
grupos delincuenciales al trabajo forzado y después aparecen muertos como si
fueran parte de esos grupos delincuenciales. Son los falsos positivos que en
Colombia tuvieron su propia historia; en México y particularmente en Jalisco son
personas que nadie busca, son vidas que a nadie interesan. Esperamos que Brian
sobreviva y nos cuenta su trágica historia que permita encontrar a su hermano con
vida. Esperemos que el Estado deje de tratarlo como delincuente, como
“imputado” y le brinde el trato digno que necesita él y su familia. Recuperar su
dignidad de víctima es lo mínimo que tendría que recibir de un Estado que no ha
sabido proteger a los jóvenes y que permite que sean carne de cañón en esta
guerra que no pidieron.
Las imágenes de jóvenes desaparecidos se multiplican día con día en el Estado,
sus rostros nos interpelan todos los días en la calle, en las plazas, en carteles
pegados por todos lados donde quede un espacio para denunciar la desaparición,
ante la incapacidad del gobierno de dar respuestas, de encontrar a los
responsables y de castigarlos. El camino fácil para el gobierno, ha sido construir la
narrativa de que esos jóvenes también son delincuentes. Así lo hicieron con los 8
jóvenes desaparecidos del Call Center y de los que recién se acaba de confirmar
su asesinato.

Actualmente, el SISOVID sólo reconoce como desaparecidas en la entidad a 13
mil 918 personas; estos datos contrastan con lo que se reportan en el Registro
Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) de la
Secretaría de Gobernación donde se señala la existencia de 15 mil 042
desapariciones en el estado con corte al 6 de mayo de 2023, en su conteo
histórico
Solo durante el actual gobierno, han sido desaparecidas casi 7 mil personas, en su
mayoría jóvenes mujeres y hombres, sin embargo, en su cuarto informe en
materia de seguridad pública, el gobernador afirmó que las personas en Jalisco se
van por su gusto y luego aparecen; afirmó que solo uno de cada 10 casos tiene
que ver con un acto delictivo, es decir, que el 90 por ciento de estas personas
desaparecen por voluntad propia.
“(Son personas) que se van y que luego aparecen, pero la estridencia es
enorme, (…) lo demás tiene que ver con otras causas”, indicó.
Colectivos de familiares de personas y especialistas han denunciado que el
Gobierno del Jalisco “no reporta el total número de denuncias de desaparición”
ante el Gobierno federal y maquilla las cifras, ya que desde marzo el gobierno
estatal dejó de alimentar el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No
Localizadas (RNPDNO).
La tragedia humanitaria en Jalisco es esa, miles de jóvenes desaparecidos que
no son buscados, que son criminalizados, que son revictimizados por un
gobierno más preocupado por desaparecer cifras, por ocultar la grave
problemática que viven miles de familias que además del gran dolor de la
desaparición de su familiar, enfrentan el agravio de perder la calidad de víctimas
para ser tratadas ellas y sus desaparecidos, como delincuentes.

Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
Vicecoordinadora de CLADEM en México
Profesora Investigadora de la UdeG.
@dralupitaramosp
lupitaramosponce@gmail.com
Canal de Youtoube Dra. Lupita Ramos.
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