La Rectora del Centro Universitario de Tlajomulco de la Universidad de Guadalajara, Leticia Leal Moya es Doctora en ciencias jurídicas por la Universidad de Wisconsin-Madison y Maestra en Derecho por la Universidad de Georgia.
Actualmente es rectora del Centro Universitario de Tlajomulco y profesora investigadora de la Universidad de Guadalajara. Se desempeñó como rectora del Centro Universitario de los Altos (CUALTOS) y como directora del Centro de Estudios Estratégicos para el Desarrollo (CEED) de la misma institución.
Dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores ha sido asesora especial de la Subsecretaría para América Latina y el Caribe, así como en la Facilitación mexicana para el diálogo entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional y Directora de Coordinación y Seguimiento de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos. Tiene diversas publicaciones sobre migración, seguridad humana y otros temas de derechos humanos. Y también vive violencia vicaria.
Las mujeres estamos expuestas a lo largo de nuestra vida a sufrir diversas formas de violencia, la violencia de género contra las mujeres está condicionada por el hecho de ser mujeres, más allá de nuestro estatus social, racial, económico, educativo, etc., el caso de la Rectora es ejemplo de esto, desde hace aproximadamente 5 años vive violencia vicaria de su ex marido y conocido funcionario de la Universidad de Guadalajara.
En esta semana se publicó un comunicado con más de tres mil firmas de personas que se solidarizan con la Rectora en su exigencia de justicia. Transcribo aquí parte de ese comunicado:
“Durante años, nuestra compañera ha sido víctima de violencia física, psicológica y vicaria por parte de su ex pareja Nauhcatzin Bravo Aguilar, quien actualmente labora como profesor en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
Desde su separación y divorcio nuestra compañera fue amenazada, en palabras textuales de su agresor con “destrozarle la vida”. A lo largo de casi 5 años Leti ha luchado en todas las instancias y por todas las vías, con la finalidad de ver y convivir con su hijo, derecho que durante todo este tiempo les ha sido negado a ambos. Para lograrlo, Nauhcatzin se ha valido de acciones dilatorias para evitar a toda costa que su madre tenga contacto con su hijo. Ha usado toda clase de artimañas legales para dilatar los procesos legales, ha rechazado toda mediación y propuesta de resoluciones; le ha mentido y ha manipulado a su hijo para ponerlo en contra de su propia mamá; ha querido usar el cargo público de nuestra compañera para presionarla y hacerse ver frente a su hijo como la víctima; su manipulación ha llegado a tal grado que, al ver perdidas todas las instancias legales en Jalisco, llevó a su hijo hace apenas unos días a la Ciudad de México para hacer una denuncia por supuesto abuso sexual en contra de nuestra compañera. ¡Esto es inaceptable! Ha sometido y manipulado a su hijo para romper todo vínculo madre-hijo.
Todo eso, ha dañado profundamente la dignidad humana de nuestra compañera y la de su hijo. La violencia vicaria es una de las más comunes y menos nombradas. Es aquella en la que se busca causarle daño o sufrimiento a una mujer separándola de sus hijas e hijos con mentiras y diferentes formas de violencia.
La violencia vicaria causa, además, un grave daño a la integridad de las y los hijos y les revictimiza permanentemente. Somos muchas quienes hemos vivido o hemos sido testigas de esta forma de violencia. No debemos permitir que estos patrones se sigan repitiendo, y no debemos cobijar ni ser cómplices de quienes la ejercen. Afortunadamente la violencia vicaria ya es considerada un delito, se paga con cárcel y fue definido como un tema prioritario por la actual presidenta.
Hacemos un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum para que atienda este grave caso de violencia vicaria, uno de los compromisos que asumió durante su toma de protesta.
Hacemos un llamado enérgico a las instancias estatales y federales que llevan el caso a revisar las reiteradas omisiones en contra de nuestra compañera y asegurar un proceso justo y con apego a la legalidad para Leticia, garantizando en todo momento la integridad física y mental de su hijo.
Hacemos un llamado también a las autoridades universitarias para investigar a fondo el caso, tomar en cuenta las acusaciones que se han hecho y a que, por la integridad de nuestra comunidad, se destituya de su cargo a este hombre que ha ejercido distintos tipos de violencia en contra de otras universitarias.
Querida Leti: Queremos decirte que estamos contigo y que seremos miles las mujeres que le vamos a contar a tu hijo la verdadera historia, la de una madre amorosa que ha luchado incansablemente para recuperarlo”.
Hay que contar las historias, las de todas las mujeres que viven violencia, las de los hombres que las ejercen, las de las niños y niñas víctimas de la violencia vicaria.
Que las más de tres mil firmas que acompañan la carta de solidaridad con la Rectora Leticia Leal, sean las más de tres vil voces que hagan que las autoridades a quien va dirigida la misiva les hagan actuar en consecuencia. Mi solidaridad con Leti, con su hijo, con todas.
Dra. María Guadalupe Ramos Ponce
Coordinadora de CLADEM en México
Profesora Investigadora de la UdeG.
@dralupitaramosp
lupitaramosponce@gmail.com
Canal de Youtube Dra. Lupita Ramos.
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